Crónica de un asesinato yihadista anunciado a bombo y platillo que la policía no quiso impedir

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El 26 de julio de 2016 se produjo en Francia un atentado realmente provocador: un islamista asesinó a un cura, el padre Hamel, en Saint-Étienne-du-Rouvray.

Cinco días antes del asesinato, la policía asistió en primera fila a todos y cada uno de sus preparativos, dice Mediapart (1). La prefectura de policía de París estaba al corriente de los mensajes que difundía a través de Telegram uno de los asesinos, Adel Kermich, con el apodo @Jayyed.

En sus mensajes Kermich nun ocultó sus intenciones: prefería matar en Francia antes que viajar hasta Siria. Sus blancos preferidos eran unas iglesias cristianas (“politeístas”) cargadas de simbolismo.

Por si no fuera bastante, hacía tiempo que la policía estaba bajo la pista de Kermich y su socio Abdel Malik Petitjean, porque ambos habían reivindicado su pertenencia al Califato Islámico, ambos estaban clasificados por la policía como S. Además, Kermich estaba confinado en su residencia y tenía que llevar instalado su brazalete electrónico.

El policía encargado de la vigilancia electrónica pasó inmediatamente el aviso a los jefes: el atentado era inminente, pero la información no se cursó a la Dirección General de Seguridad Interior.

A partir de estos hechos, la prensa francesa lleva un año y medio escandalizándose de otro “fallo de seguridad”, como si Francia fuera otro de estos “Estados fallidos” africanos.

Uno de los comentarios más socorridos salva del “fallo” a los policías de a pie y carga contra los jefes, que soportan toda clase de insultos y desprecios por parte de los tertulianos. Como cuerpo burocrático la policía se salva: sólo “falla” la cúpula que pensaba en sus vacaciones de verano (2).

Cada cual puede extraer las conclusiones que le parezcan, pero deberá tener en cuenta otro hecho adicional: para tapar la mierda, los jefes cometieron un segundo “fallo”: falsificó las fechas del aviso emitido por el policía encargado de vigilar las comunicaciones digitales.

A dicho policía le convocaron los caciques en sus oficinas el mismo día que se cometió el atentado. Para eliminar las pistas de la responsabilidad, querían que colaborara en la falsificación y reescribiera otra vez el mismo aviso con la fecha del día.

Pero para borrar toda clase de pistas la polica hizo algo todavía más importante, el verdadero “modus operandi” de todos los atentados yihadistas: mataron a ambos autores del asesinato a la salida de la iglesia.

Lo dicho: extraigan Ustedes mismos las conclusiones oportunas acerca de quiénes son los verdaderos responsables de la muerte del cura Hamel y si ven algún “fallo de seguridad” por alguna parte.

(1) https://www.mediapart.fr/journal/france/040118/comment-les-renseignements-ont-etouffe-leur-rate-apres-l-attentat-de-saint-etienne-du-rouvray
(2) http://www.sudouest.fr/2018/01/04/attentat-de-saint-etienne-du-rouvray-les-renseignements-accuses-d-avoir-voulu-dissimule-leur-loupe-4083773

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