El enigmático asesinato de tres periodistas rusos en la República Centroafricana

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El 31 de julio tres periodistas rusos, Orhan Dzhemal, Alexander Rastorguyev y Kirill Radchenko fueron asesinados en la República Centroafricana, en una zona controlada por las milicias Seleka (musulmanes).

Desde hace años el país, como otras regiones estratégicas de África, está sumido en un baño de sangre, como consecuencia de los enfrentamientos provocados por los colonialistas franceses entre cristianos (Anti-Balaka) y musulmanes (Seleka).

En una entrada publicada en mayo (1) ya informamos de que Rusia había empezado a colaborar con el gobierno de Bangui, mientras que Francia apoyaba a las fuerzas Seleka que, junto con Estados Unidos, se esfuerza por evitar la llegada de Rusia, tanto como de China.

En este contexto es en el que ocurre el triple asesinato, cuyo escenario no puede ser más oscuro y se presta a toda clase de interpretaciones.

Según Kazagui, ministro portavoz del gobierno centroafricano, los periodistas rusos no se acreditaron como tales, ni ante el gobierno centroafricano, ni ante la embajada rusa, ni ante ninguna otra autoridad. Tenían visados de turistas, lo cual es muy extraño en un país en plena guerra civil.

Los rusos viajaban con un vehículo con un conductor local al que detuvieron en un control de carreteras impuesto por los milicianos y que fue el único en liberarse de la muerte, por lo que los asesinos dejaron un testigo excepcional, y además herido, lo que no es muy común.

También demuestra que los asesinos tenían bien localizados a sus objetivos, aunque el portavoz centroafricano dice que el objeto del crimen fue el robo de los equipos de rodaje que llevaban los periodistas, lo que no es de recibo. Más bien parece un crimen político.

A partir de ahí, el relato tiene muy pocos hechos verosímiles. La versión del gobierno centroafricano se basa en la declaración del conductor del vehículo: uno de los periodistas fue asesinado de inmediato y los otros dos murieron como resultado de sus heridas. El primero se opuso violentamente a los hombres armados que querían robarles su equipo.

Los farsantes de Reporteros Sin Fronteras apoyan la versión oficial porque ocurrió en una zona peligrosa, ha explicado Arnaud Froger, responsable para África de la ONG. Quieren echar tierra encima del asunto, un versión se adaptan al papel que cada país juega en África como un guante a la mano.

Hay que poner más naipes encima de la mesa. Por ejemplo, El Periodico aporta (2) varios datos fundamentales: los periodistas rusos habían sido enviados a África por una organización financiada por el oligarca Jodorkovsky para investigar a Wagner, la empresa rusa de mercenarios que, como ya dijimos, se encarga de la seguridad del Presidente del país centroafricano.

Anteriormente los tres periodistas habían trabajado en las campañas de la oposición a Putin, en la Guerra de Chechenia  y en la parte ucraniana del Donbas. Por lo demás, la empresa rusa Wagner está involucrada en las guerra del Donbas y Siria, aunque no tiene existencia legal en Rusia.

Jodorkovski ha sido condenado por los tribunales rusos por sus fraudes en el Caso Yukos y es de los que no ha descansado ni un momento en su campaña contra Putin, financiando varias plataformas de la oposición, en particular la organización que envió a estos tres periodistas a la República Centroafricana.

Parece obvio que los periodistas asesinados hacían un trabajo “de encargo” no a favor de Rusia sino contra su presencia en África, posiblemente para orquestar una de esas campañas de desinformación con las que nos vienen inundando últimamente.

En los últimos años Rusia ha fortalecido su influencia en África. Suministra armas al ejército centroafricano, entrena a los batallones de la ONU y ejerce de guardaespaldas del Presidente centroafricano. Empieza a ocupar mucho espacio en un territorio tradicionalmente acotado por los colonialistas europeos de siempre.

Queda reseñar las versiones autóctonas, como la del periódico Palmares Centrafrique, clara y contundente a más no poder, todo un signo del despertar africano (3). Para el periódico los tres periodistas fueron primero secuestrados, luego interrogados y torturados antes de ser ejecutados.

Pero si tratas de robarle a alguien sus pertenencias, no necesitas ni secuestrarle ni interrogarle ni torturarle.

Los africanos lo tienen muy claro: el crimen “es el resultado del trabajo sucio de Francia, que apoya activamente a pequeños grupos musulmanes contra el poder y no puede aceptar la influencia de Rusia en la zona”, dicen.

“Está claro que Francia está detrás de las crisis perpetuas que paralizan la República Centroafricana. Durante mucho tiempo ha sido la aliada incondicional de las rebeliones, incluida la de Seleka, que acaba de golpear con fuerza con el asesinato de los tres periodistas rusos en una zona controlada por Seleka”, añaden.

(1) Moscú pone un pie en la República Centroafricana
(2) https://www.elperiodico.com/es/internacional/20180802/asesinados-periodistas-seguian-mercenarios-rusos-africa-6973043
(3) http://palmarescentrafrique.com/centrafrique-assassinat-de-trois-journalistes-russes-un-jeu-de-la-france/

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