BEIJING.–Tener la oportunidad de caminar por cualquier calle de China, visitar sus lugares turísticos o tomar el metro (sobre todo en hora pico) es suficiente para darse cuenta de la dimensión de estar en el país más poblado del mundo.
Sus más de 1 300 millones de chinos representan aproximadamente un 19 % de la población mundial.
Sin embargo, a la vez que se intenta poner un freno a la sobrepoblación del gigante asiático y se trata de aliviar el acinamiento en las grandes ciudades, existe también la preocupación sobre el creciente envejecimiento de sus habitantes.
LA POLÍTICA DEL HIJO ÚNICO Y SU FIN
Con la proclamación de la República Popular China, el 1ro. de octubre de 1949, el país comenzó a vivir una época de mejoría económica, y con ello un notable crecimiento demográfico, un hecho que fue apoyado desde las más altas instancias del Gobierno.
El líder Mao Zedong, al referirse a ello, expresó en una ocasión «se debe considerar positivo que China tenga una población numerosa. Incluso si la población de China debiese multiplicarse varias veces, podría encontrar soluciones a los problemas creados por su incremento (…)», dijo.
Pero en la década de los 70 del pasado siglo, la población del país alcanzó los casi mil millones, convirtiéndose en una preocupación y un reto para las autoridades, fue en ese contexto que se estableció la llamada «política del hijo único», la cual limitaba a las familias a tener un solo descendiente.
Existían casos como las minorías étnicas o habitantes de algunos sitios rurales que quedaron excentos de esto; llegado el año 2013, se permitió tener un segundo descendiente a aquellas parejas en las cuales una de las partes fuera hijo único.
A la vez que con la aplicación de esta política se logró una mejoría en los indicadores sociales, como la renta per cápita, el acceso a la educación y la disminución en la pobreza, y se evitó que la población china llegase a los 1 700 millones; también se produjo un fenómeno adverso: el envejecimiento poblacional y la reducción de la población activa del país.
Según un estudio de las Naciones Unidas en el año 2050 habrán en China alrededor de 440 millones de personas mayores de 60 años, lo que podría influir negativamente en el acelerado crecimiento económico que ha mantenido el país desde hace años.
Consciente de esta situación, tras el plenario anual del 2015 del Partido Comunista de China, se decidió poner fin a la «política del hijo único», y a partir del 1ro. de enero del 2016 entró en vigor una nueva ley, que permite a las parejas que así lo desean tener dos descendientes.
Doce meses más tarde, se vieron los primeros resultados: de acuerdo con informaciones gubernamentales ese año nacieron 18,46 millones de bebés en el gigante asiático, cifra que representó un crecimiento del 11,5 % respecto al año anterior.
En ese entonces, Yang Wenzhuang, director de división de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar afirmó: «Se demuestra que la política universal del segundo hijo llegó a tiempo y funcionó efectivamente».
Un año después el número de nacimientos cayó a 17,58 millones, de los cuales un 51 % fueron los segundos bebés de sus respectivas familias, de acuerdo con datos de la mencionada Comisión, que considera que la cifra «sigue estando a un nivel relativamente alto».
Una de las causas de este decrecimiento se debe a la reducción de matrimonios que piensan en tener familias, y al hecho de que a la mayoría de los jóvenes chinos no les interesa tener descendientes, y cuando lo hacen, optan por un solo hijo.
El fenómeno lo explica el demógrafo Jiang Quanbao, de la Universidad Xi’an Jiaotong, al decir que las parejas jóvenes afrontan presiones económicas, debido a los altos precios de las viviendas así como el costo de la educación de los niños y su mantención. Las mujeres también quieren continuar los estudios superiores y una mejor carrera profesional. «Tener un hijo puede verse como una necesidad y una obligación, pero tener dos no», comentó.
En tanto, el Gobierno también se enfrenta al envejecimiento poblacional, datos de Prensa Latina reflejan que a finales del pasado año en el gigante asiático se contabilizaban 241 millones de personas mayores de 60 años, que representan el 17,3 % de sus habitantes.
Es por esta razón que el país promueve una mayor calidad en los servicios brindados a los adultos mayores, y se prepara para una inversión en ese sector, que ascenderá al 26,24 % del Producto Interno Bruto de China para el 2050 (en el 2015 representó apenas el 7,33 %).
El impacto de esto se sentirá en la reducción de la fuerza de trabajo, vital para continuar el rápido crecimiento que ha experimentado China, país que se coloca actualmente entre las primeras economías del mundo.
ALIVIAR LAS GRANDES CIUDADES
El plan del Gobierno chino para hacer frente a la sobrepoblación también incluye aliviar el número de habitantes en sus grandes ciudades, tal es el caso de Beijing, donde existe un proyecto para limitar su población a 23 millones para el 2020.
El plan incluye además mejorar su gestión urbana (demoler edificios ilegales, mejorar o reubicar centros comerciales) y eliminar las funciones no esenciales, como mercados de manufactura, logística y ventas al por mayor.
De esa forma se combatirá la contaminación, los grandes embotellamientos y la migración interna en el gigante asiático.
En ese sentido se erige un centro económico en Xiongan, que fue presentado el pasado año durante el XIX Congreso del PCCh, por su secretario general y presidente del país Xi Jinping, «liberaremos a Beijing de las funciones no esenciales de su función como capital y utilizaremos este esfuerzo para impulsar el desarrollo coordinado de la región de Beijing-Tianjin-Hebei; desarrollaremos planes con visión de futuro y adoptaremos estándares altos para construir la Nueva Área de Xiongan», apuntó.
El nuevo sitio será hogar de universidades, instituciones médicas, sede de corporaciones, instituciones públicas y financieras; además no tendrá rascacielos en su afán de ser una zona amigable con el medio ambiente.
¿DEJARÁ DE SER EL PAÍS MÁS POBLADO?
Un estudio del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de Naciones Unidas reveló que se espera que la población mundial alcance los 9 800 millones de personas en el 2050; y cinco décadas después los 11 200 millones.
Dicha investigación también indicó que China será desbancada por la India como nación más poblada a nivel mundial al asegurar que en el 2050 la población del gigante asiático representará el 18 % de los habitantes del mundo; mientras que la de India será de un 19 %.
De esa forma, India se convertirá en uno de los epicentros del crecimiento demográfico global, debido a su alta tasa de fertilidad y de natalidad (esta supera grandemente a la de mortalidad); enfrentándose a flagelos como la pobreza y la desigualdad, puntos claves dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por otra parte, al referirse a China, el estudio indicó que su número de habitantes se mantendrá constante hasta el 2030, cuando finalmente comenzará a decrecer.
EN CONTEXTO:
– China es la cuarta nación más grande del mundo en extensión territorial, sin embargo es el país más poblado.
– Se espera que en poco más de diez años ocurra un declive demográfico en el gigante asiático, según Naciones Unidas, y se calcula que para el 2100 tenga alrededor de mil millones de habitantes.
– Se estima que para el 2020 haya entre 17 y 20 millones de nacimientos anuales.
– Las personas mayores de 60 años representarán el 34,9 % de la población china en el 2050, con 487 millones.