La brutalidad policial y la política del gatillo fácil tienen enfurecidos a los argentinos, que marcharon contra el uso abusivo de fuerza por parte de agentes.
Miles de personas, entre activistas defensores de derechos sociales y familiares de víctimas, marcharon por la célebre Plaza de Mayo de Buenos Aires (capital) con retratos de los cientos de jóvenes fallecidos, y cortaron el transito en protesta por la brutalidad policial que ha dejado un número récord de muertes en Argentina.
Además de la capital, hubo convocatorias en las ciudades de Córdoba, en el centro del país, en Mendoza, situada en el oeste, y en Mar del Plata, en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires.
Los activistas denuncian que desde el inicio del Gobierno del presidente Mauricio Macri, la política de gatillo fácil ha empeorado ya que el Ejecutivo defiende públicamente el uso de fuerza excesiva por la policía.
Los activistas hacen mención especial al caso de un policía que disparó por la espalda a un joven en el mes de febrero, acusándolo de querer robarle, pese a imágenes que mostraban lo contrario.
El caso tomó especial atención debido al apoyo explícito del presidente Macri al agente, a quien incluso prestó asistencia legal en el proceso judicial y logró que se le declarase inocente.
Los manifestantes aseguran que no descansarán hasta que esta política cambie y se enjuicie a cientos de policías asesinos.