Se sabe que, de un tiempo ya largo a esta parte, comenzaron a abandonar las cloacas más infectas de manera masiva para instalarse en todo tipo de lugares, fundamentalmente en despachos, senados y parlamentos desde donde se condiciona la vida de las personas que habitan en todo el Estado español. Ahora se las ve sentadas en las poltronas dando órdenes que siempre favorecen al gran capital en detrimento de la clase obrera. La calidad de vida de esta se ha visto gravemente afectada por dicha invasión.
También se ha visto alterada la opinión de no pocas personas. Y es que, de igual manera, las ratas de alcantarilla han llegado a los despachos de la prensa, donde se decide que se publica, cómo y qué no. Son medios de (des)información masivos que, gracias a las citadas ratas que los dirigen (la de la fotografía que adjuntamos es una de ellas), inciden peligrosamente en los cerebros de la población, hasta el punto de hacerles votar, en las antidemocráticas elecciones que en este país se celebran, en contra de sí mismo.
Como se puede observar, la plaga es sumamente grave y preocupante; urge aplicar contundente campaña de desratización.
Los lectores y las lectoras de esta nota que lo deseen, pueden participar en la campaña con sus comentarios. Gracias infinitas a todas y a todos.