En el contexto de la lucha para que la Iglesia Ortodoxa Ucraniana consiga su independencia, la continuación de la guerra civil en el este y el inminente inicio de la campaña electoral en Ucrania, lo más extraordinario que ocurre en el país son las revueltas diarias a causa de la falta de agua caliente y calefacción.
La cuna de Shevchenko
El 12 de noviembre, en la ciudad de Smila se introdujo el estado de emergencia a causa de la falta de calefacción. La decisión fue tomada por el Consejo Local, alegando que se encontraban sin calefacción, no solo las viviendas, sino también las guarderías, hospitales, colegios y otros edificios públicos de una de las ciudades en las que vivió Taras Shevchenko. Las instituciones educativas quedaron cerradas por un tiempo indefinido y los hospitales han empezado a repartir a los pacientes mantas adicionales.
Los ciudadanos están desesperados, ya que no ven ninguna solución a corto plazo a estos problemas. La compañía Energoinvest se niega a reanudar el suministro de gas a causa de las enormes deudas y el Gobierno no toma medida concreta alguna para solucionar el caso pese a que era perfectamente conocido mucho antes de que comenzara la temporada de frío. Al mismo tiempo, parece que superar la crisis de deuda es imposible, ya que se produce en el contexto de un problema crónico de impagos de tarifas, imposibles de pagar para instituciones y particulares.
“Las temperaturas están casi todo el tiempo bajo cero. A partir de la semana que viene hará ocho o diez bajo cero por la noche. Durante el día subirá a algo más que cero. En los colegios, hospitales y guarderías todos están con ropa de invierno desde hace dos o tres semanas. También en casa, incluso para dormir”, explicaba Alexander Grishko, un ciudadano local. “No todos tienen dinero para estufas y, además, es inútil, porque las paredes están congeladas. Y lo que es más importante, no está claro qué se va a hacer: nadie cree las promesas y no saben cómo van a aguantar el invierno. La gente empezó a gritar ya en octubre y no le importó a nadie. Todos envidian a los que tienen una cabaña, enviaríamos a los niños a esas casas de vacaciones al pueblo, donde al menos tienen estufas con carbón y leña”.
Sin embargo, pese a que todo va a empeorar a causa de las desfavorables predicciones meteorológicas, el Gobierno local sigue sin tomar medidas decisivas más allá de recibir peticiones y prometer acción. El alcalde, Alexander Tsibko, ex miembro del batallón voluntario Dnieper-1, por algún motivo sigue escondiéndose de la lucha por los derechos de sus conciudadanos, posiblemente temiendo que sus congelados ciudadanos dejen de estar de rodillas, se levanten y Putin finalmente ataque Simla. A los oficiales locales no les importa el terror social que han causado en la región.
Krivoy Rog, cuando el frío estalla
La situación en Krivoy Rog es ligeramente diferente. Los manifestantes han quemado neumáticos frente al edificio de la empresa Krivorozhgaz, que ha limitado el suministro de gas a la principal central de esta ciudad industrial. La población irrumpió en las oficinas exigiendo que se reanudara urgentemente el suministro de gas. Con ello consiguieron que se llevara a cabo la orden del Consejo Local, que había exigido a la empresa que reanudara el suministro de gas a la principal central, para así descongelar la ciudad, toda ella sin calefacción.
La situación de la metalurgia de Ucrania también puede considerarse dramática. Según Tatiana Kripak, jefa del departamento de Educación y Ciencia del Consejo Local, más de 300.000 personas se han visto obligadas a vivir en edificios sin calefacción en Krivoy Rog, donde más de 2.000 edificios de apartamentos, 78 colegios y 22 hospitales no disponen de ella. El frío ha forzado el cierre de todas las instituciones educativas. “Tenemos que tomar este paso. La salud de los niños es lo más importante. La temperatura de las guarderías no sube, en el mejor de los casos de 14º”, afirmó el 11 de noviembre.
La causa de este desastre también es la deuda pública acumulada. La empresa estatal Krivoy Rog Teplocentral es incapaz de pagar su deuda con Naftogaz Ukraina a causa de que la población no puede pagar las facturas. Entonces, los responsables de Naftogaz, que se han repartido millones en beneficios por la victoria frente a la imaginaria agresión rusa, sin pestañear dieron la orden de cortar el gas, dejando sin calefacción a la ciudad, en plena temporada de frío.
Ahora la ciudad está caliente. Como informó Krivorozhgaz, los manifestantes se abrieron paso en cinco de las seis centrales y comenzaron a suministrar gas sin autorización. Eso permitirá calentar los barrios de la ciudad, las empresas y las instituciones sociales. Y puede que en Kiev se vean obligados a solventar el conflicto dela deuda de otra manera que no sea congelando a la población en sus casas y en sus trabajos.
La ciudad congelada
Es aún más alarmante la situación de Kamenka, la antigua ciudad industrial de Dneprodzerzhinsk, antes conocida también como Prometeus. Miembros de la comisión local para la seguridad climática y ecológica y situaciones de emergencia han celebrado una reunión extraordinaria tras la que han recomendado que se conceda vacaciones a los estudiantes.
En verano se inició oficialmente el proceso para eliminar la calefacción central. Los trabajadores de la empresa retiraron las tuberías de los sótanos de esta ciudad en la margen derecha del Dniéper sin preguntar la opinión de la población. Mientas las autoridades afirmaban que no había alternativa a este proceso de destrucción, ya que la población sigue sin pagar estas tarifas que no se puede permitir y la ciudad tampoco tiene dinero para ello.
“Teniendo en cuenta la complicada situación financiera y económica, la central termodinámica Dneprovskaya no funcionará durante la temporada 2018-2019”, afirmó el director general de la empresa municipal, Alexander Maslenkov. La planta suministra calefacción a 35.000 abonados, 2.000 edificios de viviendas y 116 elementos de la infraestructura pública como colegios, guarderías, hospitales y agencias del Gobierno, que es el que propuso individualizar la calefacción.
Sin embargo, la central aún no está bloqueada a causa de las deudas del gas. El 12 de noviembre, el alcalde, Andrey Belousov, acudió a Kiev para rogar un límite de gas preferente. Pero los ciudadanos ya no creen las promesas que se escuchan desde que empezó a aumentar el frío. Aun así, en la ciudad no hay nadie que pueda organizar a la población para una protesta: la organización local de los comunistas fue derrotada por los matones de Yarosh en 2014 y dos de sus miembros más activos pasaron dos años en la cárcel acusados falsamente.
Un lugar caliente para un fórum sobre energía
No hay nadie con quien luchar en Kiev, donde la calefacción no llega a cientos de edificios de viviendas en diferentes zonas de la capital. “En la calle ha llegado el tiempo de invierno y muchos residentes de Ucrania, también en Kiev, están congelados en sus casas sin calefacción ni agua caliente. Y encima con tarifas cósmicas de esos fantásticos beneficios. Así que surge la pregunta de cómo se puede ser tan incompetente de no ser capaces de conectar siquiera el agua caliente y la calefacción que venden a tarifas excesivas para robar a la población para llenarse los bolsillos”, escribió la socióloga Vitalina Budalyk.
Mientras tanto, los precios siguen subiendo. Y lo hacen en el nombre de nuevos créditos de las organizaciones financieras internacionales. El 1 de diciembre, la empresa municipal de Kiev Kievteploenergo pretende subir las tarifas de producción de energía térmica para la población un 32%.
Y mientras tanto, estos días se celebra en Kiev el noveno fórum sobre energía para el desarrollo sostenible. En este significativo evento participan expertos de Naciones Unidas, la Unión Europea, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, que seguro que se han reunido en un ambiente cordial y ofrecerán al Gobierno ucraniano más créditos, mientas el país se congela y que este invierno se calentará con la chispa de las revueltas por el frío.