Es típico de un gobierno debilitado en lo interno utilizar lo externo para aparentar fortaleza e independencia. Dos gobiernos debilitados, el francés por la revuelta de los «chalecos amarillos» y el alemán por el auge de los neofascistas y las amenazas estadounidenses por el gasoducto con Rusia, van a firmar el próximo día 22 un tratado de colaboración e integración que pone de relieve que sólo ellos son alguien en Europa y que el resto no tiene otra función que ser su servidumbre. Francia y Alemania son vasallos de EEUU, a partir del 22 el resto de países de la moribunda Unión Europea serán vasallos de ellos oficialmente.
El tratado franco-alemán tiene su miga, como todos los tratados. Empezando porque se retoma simbólicamente un acuerdo de 1963 entre De Gaulle y Adenauer y se rubricará en la antigua capital del imperio de Carlomagno. Todo un símbolo.
Imagino que los medios de propaganda pronto se dedicarán a hablar de sus bondades, pero yo voy a reflejar sus miserias. Os lo resumo.
– Capítulo 1: Asuntos Europeos.
Francia y Alemania promueven una política exterior y de seguridad común, efectiva y fuerte. Fortalecen y profundizan la unión económica y monetaria (más euro). Promueven la convergencia económica, fiscal y social.
– Capítulo 2: Paz, seguridad y desarrollo (con mucho, el más importante y extenso)
Francia y Alemania profundizan su cooperación en política exterior, defensa, seguridad interna y externa. Definirán posiciones comunes y convergerán cada vez más en sus objetivos y políticas de seguridad. Se prestarán asistencia por todos los medios a su disposición, incluida la fuerza armada, en caso de agresión armada contra sus territorios. Desarrollarán la credibilidad de Europa en el campo militar, fortaleciendo así la Unión Europea y la OTAN. Desarrollarán un enfoque común para las exportaciones de armas. Habrá cooperación de sus ministerios de asuntos exteriores, incluidas sus misiones diplomáticas y consulares. Habrá cooperación judicial, de inteligencia y policial. Se creará una unidad común para operaciones de estabilización en terceros países (o sea, neoimperialismo y neocolonialismo, injerencia pura y dura, otra vez; os acordáis de lo que os contaba del EuroGendFor, la policía sin fronteras, pues aquí la tenéis y puede actuar tanto dentro como fuera). Asociación más estrecha entre Europa y África (neocolonialismo francés, de nuevo). Coordinarán sus posiciones sobre la ONU, consultando a los otros miembros de la UE. La admisión de Alemania como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU es una prioridad.
– Capítulo 3: Cultura, educación, investigación y movilidad.
Acercarán sus sistemas educativos, se priorizará el aprendizaje de sus dos idiomas (esto no está mal). Se desarrollará una universidad franco-alemana.
– Capítulo 4: Cooperación regional y transfronteriza.
Se crearán en ellas eurodistritos con habilidades apropiadas. Se potenciará el bilingüismo (esto tampoco está mal).
– Capítulo 5: Desarrollo sostenible, clima, medio ambiente y asuntos económicos.
Zona económica franco-alemana con reglas comunes. Creación de un Consejo Económico y Financiero que promueva la armonización bilateral de la legislación, particularmente en el derecho mercantil (negocios, claro)
– Capítulo 6: Organización.
Un miembro de cada gobierno participará una vez al trimestre, al menos, en la reunión de los gabinetes de gobiernos respectivos de cada país. Habrá un consejo de ministros franco-alemán (luego la UE…)
Y mientras, y como consecuencia del ataque a los medios de propaganda del pasado sábado, todavía todos están hablando ahora de la violencia policial, que consideran «desproporcionada». Si el domingo fue el «progre» Liberation quien hablaba de ella, acuciado por la respuesta de los «chalecos amarillos» contra los periodistillas, ahora es Le Monde quien considera que «la represión de los chalecos amarillos dejará huellas en una generación» (sic). Claro que no lo dice directamente sino que lo pone en boca de alguien que lleva años investigando sobre ello. Pero que quede claro que si no hubiese sido por los ataques del sábado, no lo habrían hecho. Si Liberation cifraba en número de heridos en 1.700, Le Monde sube la cifra a 2.000 y critica al gobierno francés por «utilizar armas proscritas en otros lugares de Europa». Poneos ahora a comparar, con Catalunya, por ejemplo, el papel de los medios de propaganda españoles.
El Lince