La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA ha encontrado una fuerte evidencia espectral de la presencia de agua en las rocas del asteroide Bennu. Los miembros del equipo de la misión, liderada por la Universidad de Arizona (EE.UU.), presentaron el hallazgo en la reunión anual de la Unión Geofísica Americana en Washington el 10 de diciembre.
La OSIRIS-REx fue lanzada en septiembre de 2016 con el objetivo de llevar a la Tierra una muestra de los materiales de la superficie de Bennu. Desde agosto hasta diciembre de este año, la nave espacial recorrió los últimos 2,2 millones de kilómetros de su viaje para finalmente llegar a una distancia de 19 kilómetros del asteroide el 3 de diciembre.
Los datos obtenidos por los espectrómetros de la nave revelan la presencia de moléculas que contienen oxígeno y átomos de hidrógeno unidos entre sí, conocidos como ‘hidroxilos’.
El equipo sugiere que los hidroxilos existen universalmente en minerales arcillosos de Bennu que contienen agua, lo que significa que el material rocoso de este asteroide interactuó con el agua en algún momento.
Si bien Bennu es demasiado pequeño como para haber alojado agua líquida, el hallazgo indica que en algún momento hubo agua líquida en su ‘cuerpo-padre’, un asteroide mucho más grande del cuál se desprendió.
Ellen Howell, miembro del grupo de análisis espectral de la misión, anunció que «este hallazgo puede proporcionar un vínculo importante entre lo que creemos que sucedió en el espacio con asteroides como Bennu y lo que vemos en los meteoritos que los científicos estudian en el laboratorio», reseña EurekAlert.
«Lo que solía ser ciencia ficción ahora es una realidad«, subrayó el presidente de la Universidad de Arizona, Robert C. Robbins. «Nuestro trabajo en Bennu nos acerca un paso más a la posibilidad de que los asteroides proporcionen a los astronautas recursos como combustible y agua en futuras misiones en el sistema solar».