El mes pasado varios sindicatos y colectivos populares de Burkina Faso organizaron durante un fin de semana en la capital, Uagadugu, unas jornadas tituladas “Imperialismo y terrorismo: 48 horas para denunciar a una pareja incestuosa”.
Los actos se celebraron en un barrio popular de Uagadugu con charlas, reuniones, conciertos y un torneo de fútbol entre varios equipos para luchar contra el terrorismo, el cual, según los organizadores, es un producto exclusivo de las antiguas potencias coloniales para continuar la explotación y esclavitud de sus antiguas colonias.
Las charlas y reuniones se hicieron en la lengua nacional moré, lo mismo que los conciertos de música popular africana. El torneo de fútbol fue “un entrenamiento para la revolución contra el imperialismo”, dijeron los organizadores.
Burkina Faso es uno de los países africanos más hostigados por el terrorismo. Para luchar contra él hay que conocer las causas, fue el mensaje de las jornadas, donde lo definieron como “un medio de opresión y explotación de los pueblos por el imperialismo”.
El recinto que albergó las jornadas estaba profusamente decorado con pancartas contra las bases militares extranjeras en Burkina Faso, contra el terrorismo y el imperialismo.
Según Tewende Laurent Ouedraogo, militante de los Comités de Defensa y Profundización de la Insurrección Popular, “es necesario llegar al pueblo para compartir con él el análisis del terrorismo, sus vínculos con la dominación y explotación de nuestro pueblo por el imperialismo”.
En su exposición Ouedraogo recordó que el terrorismo moderno comenzó en la década de los setenta en Afganistán, cuando Estados Unidos lo utilizó para contrarrestar a los soviicos. Desde entonces, dijo, para los países imperialistas (Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña) se ha convertido en una estrategia y un medio de presión.
Por lo tanto, el terrorismo es sólo un producto del imperialismo y un medio de oprimir a los pueblos con fines económicos y geoestratégicos, concluyó Ouedraogo. El terrorismo se ha fabricado para facilitar “el saqueo de los recursos de nuestros Estados por parte de las multinacionales”.
Las bases militares extranjeras en Burkina Faso no están para proteger a las masas trabajadoras, sino a las grandes empresas internacionales, a las multinacionales imperialistas para una explotación continua de los recursos de África.
“En todo el mundo, desde Afganistán hasta Malí y Burkina Faso, nos damos cuenta de que son los movimientos imperialistas los que han generado el terrorismo y lo están utilizando como medio de enfretamiento entre rivales”, denunció Ouedraogo.
Para combatir un fenómeno es necesario conocer la causa y estas jornadas de denuncia nos permiten dar a la gente las claves de la comprensión, para que ellos puedan entender. Se trata de actividades para sensibilizar a la población sobre el hecho de que el terrorismo es reacción y barbarie. No para liberar a la gente.
El único camino hacia la liberación, sentenciaron de los organizadores, es la revolución.