Este 27 de junio, la Policía alemana arrestó a dos sospechosos de complicidad en el asesinato de Walter Lübcke, jefe del distrito administrativo de Kassel (estado federado de Hesse, Alemania), informa Der Spiegel. El conocido político y miembro de la Unión Demócrata Cristiana (el partido de Angela Merkel), fue asesinado a tiros en las verjas de su propia casa la noche del 2 de junio.
El 15 de junio, las autoridades detuvieron bajo sospecha de asesinato a Stephan Ernst, quien durante muchos años estuvo asociado con varios grupos de extrema derecha. El análisis de ADN mostró coincidencias con las muestras encontradas en la ropa de Lübcke. El 25 de junio, Ernst, de 45 años, confesó el crimen, que aparentemente tuvo motivos políticos.
El sociólogo Matthias Quent calificó la muerte de Lübcke como «un punto de inflexión» en la historia alemana moderna, puesto que es la primera vez desde 1945 que extremistas de derecha matan a un funcionario en ejercicio.
Apoyando la política de ‘puertas abiertas’
Walter Lübcke acaparó la atención mediática en el otoño de 2015, cuando apoyó públicamente la política de ‘puertas abiertas’ para los inmigrantes implementada por la canciller alemana. En particular, apoyó activamente la construcción de un centro de residencia temporal para refugiados en Kassel.
En un evento en el que fue interrumpido constantemente por los opositores a la inmigración, dijo: «Vale la pena vivir en nuestro país. Aquí debes defender los valores, y quien no los defienda puede dejar este país en cualquier momento, si no está de acuerdo con ellos».
La grabación de su discurso se difundió rápidamente en las redes sociales, principalmente en cuentas y comunidades asociadas con activistas y grupos de extrema derecha.
Posteriormente, en su confesión, Stephan Ernst calificó esa declaración como el motivo principal para el asesinato de Lübcke.
Después de su discurso, el dirigente político denunció repetidamente ante la Policía las numerosas amenazas de muerte que recibió por sus llamados a brindar una ayuda cristiana a los necesitados.
Ernst, en la ‘lista negra’
Tras el arresto de Ernst, se supo que ya había sido condenado anteriormente por ataques violentos contra migrantes y simpatizantes de izquierda. El confeso asesino estuvo tiempo antes asociado con grupos de ultraderecha y neonazis. Hasta 2009 fue objeto de control especial por parte del Servicio Federal de Protección Constitucional de Alemania, y considerado un sospechoso potencialmente peligroso.
Más tarde, Ernst fue excluido de esa ‘lista negra’. Durante los 10 años anteriores al asesinato de Lübcke, llevó una vida normal, trabajó en una fábrica y crió a dos hijos, aunque publicó regularmente comentarios racistas y xenófobos en Internet. Sin embargo, según ha trascendido, el hombre nunca rompió sus vínculos con los grupos radicales de extrema derecha.