El Ejército turco trasladó a 100 elementos terroristas desde la provincia de Al-Hasaka a Idlib para frenar el avance de las fuerzas sirias en esta gobernación.
“Las fuerzas de la ocupación turca han transportado a al menos 100 integrantes del grupo terrorista ‘Yaish Al-Islam’ de la aldea de Jan Tamer, situada a 10 km al noroeste de Abu Rasin, en el campo del norte de Al-Hasaka a la provincia de Idlib. Estos extremistas fueron equipados con armas avanzadas”, informó el martes la agencia oficial siria de noticias SANA.
El fin de tal traslado, conforme al corresponsal de SANA, es introducir a estos terroristas en el campo de batalla del sudeste de Idlib para apoyar a las organizaciones terroristas y los llamados rebeldes que han sufrido en los últimos días un duro revés en esta gobernación.
La fuente añadió que la medida turca demuestra la profunda involucración de Ankara en apoyar a las bandas extremistas en Siria, así como expone sus alegatos infundados de combatir el terrorismo en la región.
El traslado de los terroristas por parte de Turquía coincide con los últimos avances del Ejército sirio en Idlib, donde aseguró el control de una superficie de 320 kilómetros cuadrados que constituye la liberación de más de 40 aldeas y ciudades de manos del grupo terrorista Frente Al-Nusra (autodenominado Frente Fath Al-Sham).
La implicación turca en la guerra siria agrava la situación en el país árabe
Damasco en reiteradas ocasiones ha denunciado el rol destructivo de Turquía en la guerra siria y ha llamado a Ankara a acabar con su presencia militar ilegal en el país árabe.
El presidente sirio, Bashar al-Asad, explicó que el “verdadero” objetivo de la injerencia de Turquía en el territorio de Siria es trasladar “a las milicias y a los terroristas” y sus familias a las regiones norteñas de los kurdo-sirios para “crear una nueva comunidad extremista”, tal y como desea el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan.
Para conseguir sus objetivos, Turquía ha recurrido, incluso, a la realización de una “limpieza étnica” en la ciudad de Afrin en la provincia noroccidental siria de Alepo en su invasión de 2018 en esta región.
