El País publica hoy el artículo “La Junta de Andalucía paga por artículos elogiosos de su gestión de la crisis del coronavirus”, en el que denuncia que una decena de medios nacionales y regionales como El Mundo, ABC, El Confidencial, Europa Press, Cope, Libertad Digital, OkDiario, o Sur han difundido publirreportajes en los que se dan por sentados logros de la Junta sobre recursos sanitarios o inversiones que en realidad son planes o proyectos aprobados en los Consejos de Gobierno.
Esto no hace sino demostrar la enorme mentira que es la libertad de prensa bajo el capitalismo. Y es que El País lleva haciendo esto muchos años con el PSOE, del que ha sido su fiel servidor, y con otras muchas empresas. Sirva de ejemplo la continua negativa a publicar críticas o noticias que no beneficien a grandes empresas como El Corte Inglés o a la gran banca. Empresas estas que riegan con publicidad continuada a este diario, manteniendo económicamente su publicación.
Lenin, mostrando su genialidad y haciendo gala de su capacidad de observar la lucha de clases en cada aspecto de la vida, describió la libertad de imprenta en su TESIS E INFORME SOBRE LA DEMOCRACIA BURGUESA Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO, presentado al I Congreso de la III Internacional el 4 de marzo de 1919:
“La «libertad de imprenta» es asimismo una de las principales consignas de la «democracia pura». Los obreros saben también, y los socialistas de todos los países lo han reconocido millones de veces, que esa libertad será un engaño mientras las mejores imprentas y grandísimas reservas de papel se hallen en manos de los capitalistas y mientras exista el poder del capital sobre la prensa, poder que se manifiesta en todo el mundo con tanta mayor claridad, nitidez y cinismo cuanto más desarrollados se hallan la democracia y el régimen republicano, como ocurre, por ejemplo, en Norteamérica. A fin de conquistar la igualdad efectiva y la verdadera democracia para los trabajadores, para los obreros y los campesinos, hay que quitar primero al capital la posibilidad de contratar a escritores, comprar las editoriales y sobornar a la prensa, y para ello es necesario derrocar el yugo del capital, derrocar a los explotadores y aplastar su resistencia. Los capitalistas siempre han llamado «libertad» a la libertad de lucro para los ricos, a la libertad de morirse de hambre para los obreros. Los capitalistas llaman libertad de imprenta a la libertad de soborno de la prensa por los ricos, a la libertad de utilizar la riqueza para fabricar y falsear la llamada opinión pública. Los defensores de la «democracia pura» también se manifiestan de hecho en este caso como defensores del más inmundo y venal sistema de dominio de los ricos sobre los medios de ilustración de las masas, resultan ser embusteros que engañan al pueblo y que con frases bonitas, bellas y falsas hasta la médula distraen de la tarea histórica concreta de liberar a la prensa de su sojuzgamiento por el capital. Libertad e igualdad verdaderas será el orden de cosas que están instaurando los comunistas, y en él será imposible enriquecerse a costa de otros, no habrá posibilidad objetiva de someter directa o indirectamente la prensa al poder del dinero, no habrá obstáculo para que cada trabajador (o grupo de trabajadores, sea cual fuere su número) posea y ejerza el derecho igual de utilizar las imprentas y el papel que pertenecerán a la sociedad.”
Como acertadamente nos ilustra Lenin, la libertad de prensa bajo el capitalismo no es más que la libertad de los monopolios para fabricar y falsear la opinión pública, como hoy vemos que hacen con este tipo de publirreportajes o blanqueando directamente a la gran banca y a las grandes empresas del país y del mundo. ¿Cuánta tinta no se ha vertido en estos días alabando las “donaciones” de estas empresas y sus dueños? El Corte Inglés, Inditex, Amancio Ortega, IKEA, BBVA, Banco Santander, Mapfre, Mutua Madrileña, LG, Orange, Vodafone y un largo etcétera de empresas que han logrado multimillonarios beneficios explotando a sus trabajadores y a los que ahora han expulsado al paro con ERTEs por el coronavirus han copado las portadas de todos los diarios por sus “donaciones”.
Los mismos medios de comunicación que prácticamente todos los días dedican contenidos a denigrar a la Unión Soviética, al comunismo y a sus principales representantes históricos, tachándolos de totalitarios y dictadores, son los que blanquean hoy a los Gobiernos corruptos de PP, PSOE y a las grandes empresas y bancos que los financian.
Esta es la esencia del sistema capitalista: la máxima explotación y desprecio por los trabajadores que todo lo generan, que todo lo producen. La apropiación privada de todos los beneficios que genera la clase obrera, blanqueando continua y sistemáticamente este robo con el mismo dinero que generamos con nuestro sudor bajo la mentira de la libertad de prensa.
Y que el Estado español es un Estado fascista lo demuestra el sometimiento absoluto, no solo de la prensa nacional, sino también de las redes sociales, como Twitter o Facebook, al discurso gubernamental. La censura de las publicaciones contrarias al discurso del Estado en estas redes sociales, con la excusa del bulo o “fake news”, muestran la esencia del fascismo, totalmente instalado en el Estado.
Los comunistas ya no podemos ni tan siquiera publicar y difundir nuestros contenidos libremente en redes sociales. Tras la cortina de humo de los “fake news” se esconde el inicio de la censura a la libertad de opinión y a la libertad política, propia de los estados fascistas, que no tardarán en pretender instaurar bajo el pretexto de las mentiras y los bulos que hay en internet. Toda opinión no acorde con la del Estado será un bulo o una “fake news” perjudicial para la sociedad, la ley y el orden. La pregunta es cuándo comenzará el cierre de cuentas, medios, páginas web, órganos de expresión… contrarios al Estado y sus políticas.
Bien sabe la burguesía que su sistema capitalista está en absoluta bancarrota y que la clase obrera está comprobando en sus carnes la inviabilidad de este. El capitalismo necesita tiempo para adoptar soluciones y reorganizarse -trayendo consigo una nueva crisis, mayor si cabe-, y el fascismo es la tabla de salvación, como ya lo fue en el pasado, para lograr sacar la cabeza del barro y respirar. De ahí el miedo a los comunistas, al Partido Comunista Obrero Español, y a su política revolucionaria.
El Partido Comunista Obrero Español no se intimida por el fascismo, muy al contrario, somos conocedores de la capacidad de la clase trabajadora para derrotarlo, mandando con ello al estercolero de la historia al sistema capitalista. El marxismo-leninismo ya nos ha mostrado el camino y, fieles seguidores como somos de las lecciones comunistas que nos ha dado la historia, lo andaremos con determinación y fuerzas revolucionarias hasta la construcción del Socialismo, máxima aspiración de la clase trabajadora.
¡Por la dictadura del proletariado!
¡Socialismo o barbarie!
Secretaría de Agitación y Propaganda del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)
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