El coronavirus no llegó a Francia procedente de China, es autóctono

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Uno de los grandes fraudes, pero no el único, que acompaña a la ola de histeria desatada en torno al coronavirus consiste en hablar del mismo como si fuera algo uniforme. En entradas anteriores ya hemos explicado que no es así.

A partir de ese engaño se enlazan otros como los eslabones de una cadena: el coronavirus surge en Wuhan y a partir de ahí “viaja”, o se contagia de persona a persona, de tal manera que la palabra “viral” es sinónimo de algo que se transmite mucho y muy rápidamente.

A partir de ahí las personas o incluso localidades y países enteros suponen que “antes aquí no había nada de eso que ha llegado de fuera”. Ellos estaban “limpios” y ahora han quedado “contaminados”.

Eso es falso. Los coronavirus no son uniformes sino una familia de virus diferentes (“cepas”), a los que se le ponen todas esas siglas barrocas (2019-nCoV, SARS-CoV-2, MERS-CoV) que han llegado a formar una galimatías científico.Desde el principio de la histeria, el Instituto Pasteur ha venido informando de algo que era ya muy conocido: las diferencias en la misma familia de virus. El 30 de enero, un científico del Instituto, Vincent Enouf, dijo que habían obtenido unas veinte secuencias del genoma de dicho virus procedentes de todo el mundo y que al compararlas con las suyas vieron que “todas están muy próximas; no hay mucha diversidad en los virus analizados, lo que sugiere que el coronavirus 2019-nCoV no necesitó mutar para adaptarse y propagarse” (1).

Pero el concepto de “identidad” al que recurren los biólogos es harto confuso y más tratándose de virus, y lo mismo se puede decir, incluso, de la “proximidad”. Algo tan cercano a la especie humana como los monos se diferencian en el uno por ciento del ADN. Sin embargo, tratándose de virus dicen que el 2019-nCoV es “idéntico” al SARS-CoV en un 80 por ciento de su genoma (2).

Ahora el Instituto Pasteur de París lo matiza mucho mejor: el coronavirus que han analizado en Francia es autóctono y no tiene que ver con el de Wuhan (3). En consecuencia, dice el Instituto, la epidemia no fue importada de China ni de Italia, sino que se trata de una cepa de origen desconocido que circulaba localmente desde tiempo atrás.

Los análisis genéticos muestran que los tipos dominantes de cepas de virus en Francia pertenecen a un clado (grupo con un antepasado común) propio del país.

“La epidemia francesa se desencadenó principalmente por una o más variantes de este clado […] Podemos inferir que el virus circulaba silenciosamente en Francia en febrero”, dice el grupo investigador, que ha sido dirigido por los doctores Sylvie van der Werf y Etienne Simon-Loriere en un artículo publicado la semana pasada que aún no ha sido revisado.

A pesar de que las evidencias se multiplican, tanto en Estados Unidos como en Alemania la prensa ha desatado una fuerte campaña antichina que llega al punto de exigir indemnizaciones al país asiático por la “exportación” del virus a sus países respectivos (4), asegurando además que se trata de un arma biológica difundida de forma deliberada, es decir, que la prensa convencional recurre a la teoría de la conspiración siempre que lo estima conveniente.

(1) https://www.pasteur.fr/en/press-area/press-documents/institut-pasteur-sequences-whole-genome-coronavirus-2019-ncov
(2) https://research.pasteur.fr/en/news/coronavirus-de-wuhan/
(3) https://www.scmp.com/news/china/science/article/3081959/coronavirus-outbreak-france-did-not-come-directly-china-gene
(4) https://www.bild.de/bild-plus/politik/ausland/politik-ausland/wegen-corona-verschleierung-muss-china-schadensersatz-zahlen-69621602,view=conversionToLogin.bild.html

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