Cuba amplía el negocio pequeñoburgués y se encamina hacia la creación de pequeñas y medianas empresas, contó en el programa Mesa Redonda el vice primer ministro Alejando Gil*.
Como es costumbre en ese personaje, sus declaraciones vienen adornadas de típicos eslóganes burgueses llamados a esconder la esencia de las medidas contrarrevolucionarias que desde hace años se llevan aplicando por los sectores reaccionarios del PCC : “impacto social”, “impulso al desarrollo”, “intereses y necesidades del pueblo”, “preservación del socialismo”.
Los mismos procesos que vimos en su día en los países socialistas de Europa, impulsados por la contrarrevolución de la URSS de 1961, están a la vista en Cuba.
Hoy, el “socialismo” de Cuba supone entre el 30 y 34 por ciento de ingresos a los presupuestos territoriales de parte de los negocios privados.
El menchivismo reinante en la dirección del partido, lo hace incapaz de planificar la economía socialista y lo empuja cada vez más a apostar por la “iniciativa privada”.
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