Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina están marcadas por las aspiraciones de Washington de dominar la región e imponer a los gobiernos sus designios, muchas veces rechazados a nivel popular. Existen innumerables testimonios y una amplia documentación sobre la historia de las presiones y las intervenciones de Washington en esta área geográfica mediante el empleo de sus fuerzas armadas y la Agencia Central de Inteligencia, datos avalados incluso por informes oficiales desclasificados en los últimos años.