A un mes de los incidentes del 11 de julio, continúa la normalidad impuesta por el fuerte embate de la Covid-19, en una Cuba que ha demostrado que no la desestabiliza nadie. Los cubanos viven la paz cotidiana, a despecho de seguir bajo la guerra económica impuesta por el bloqueo de Estados Unidos, y el bombardeo en las plataformas virtuales que insisten en distorsionar su realidad.