La cadena catarí Al-Jazeera, citando a un portavoz de las fuerzas del sur de Yemen, Muhamad al-Naqeeb, ha informado que varios misiles balísticos y drones atacaron este domingo la base militar de Al-Anad, en la provincia de Lahij, a la que recientemente se habían trasladado algunas tropas estadounidenses desde Afganistán.
Por su parte, la cadena saudí Al-Hadath, ha indicado que tres misiles fueron disparados desde la provincia yemení de Taiz.
Como consecuencia de la ofensiva, que se atribuye a las fuerzas del movimiento popular yemení Ansarolá, 30 soldados muerieron y 60 resultaron heridos, ha agregado Al-Jazeera. Los heridos fueron trasladados a un hospital cercano para recibir tratamiento médico.
Según la cadena yemení Al-Masirah, Abdulá al-Nakhai, el jefe del Estado Mayor Conjunto del gobierno depuesto yemení; Saleh al-Zandani, su adjunto; y Muhamad Saleh Tamah, el jefe de la inteligencia del gobierno dimitido, se encuentran entre los heridos.
Ansarolá no ha vertido declaraciones. Sin embargo, es menester recordar que la base de Al-Anad también fue blanco de un ataque aéreo de aviones no tripulados de Ansarolá el 10 de enero de 2019.
Estas acometidas de represalia lanzan las fuerzas yemeníes contra Arabia Saudí y sus aliados regionales, tras la devastadora guerra contra Yemen en marzo de 2015, que tenía como objetivo restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi y aplastar a Ansarolá.
Estados Unidos y sus aliados han estado prestando apoyo armamentista a la coalición saudí, incluso proporcionándole munición de precisión que los invasores dirigidos por Riad han estado utilizando ampliamente contra los niños yemeníes y otras personas.