La crisis migratoria se agudiza. Cada día, miles de haitianos cruzan la selva colombiana para llegar a Panamá y, desde allí, seguir su camino a EE.UU. Los migrantes emprenden el viaje por la selva del Darién, donde abundan las bandas armadas y de narcotraficantes que, a menudo, roban o atacan a quienes transitan por la región. Ya se han hallado varios cadáveres, algunos de ellos atribuidos a menores haitianos, víctimas de una de las rutas más peligrosas del mundo.