Una encuesta en Alemania encargada por el diario Bild puso en evidencia que más de la mitad de la población ya no confía en las estadísticas oficiales de COVID-19.
La encuesta subraya un colapso preocupante de la confianza en la autoridad de control y prevención de enfermedades del país, el Instituto Robert Koch.
Según el citado diario, el 57 por ciento de los encuestados no confía en los datos, mientras que el 32 por ciento todavía cree que el gobierno tiene credibilidad cuando se trata de publicar cifras de COVID.
Una de las razones citadas por Bild para la falta de confianza es el hecho de que un gran número de personas hospitalizadas por otras razones se cuentan falsamente como pacientes de COVID.
Sin embargo, la falta de confianza también se extiende en la dirección opuesta, y muchos alemanes creen que el gobierno no informa con precisión la verdadera magnitud de las infecciones por Omicron.
El ministro de salud de Alemania, Karl Lauterbach, reconoció la semana pasada que el alcance total de la propagación de Omicron «no se describía con precisión en las cifras oficiales debido a los falsos negativos de las pruebas, así como a los retrasos en la notificación de nuevos casos«.
El Instituto Robert Koch respondió a la encuesta culpando a las autoridades de salud locales por no presentar los datos de salud a tiempo.
La encuesta también encontró que la mayoría de los alemanes no estaban satisfechos con la respuesta de Berlín a la pandemia.
El reciente escándalo que involucró al alcalde de Hamburgo habrá hecho poco para aumentar la confianza en las autoridades cuando se trata de cifras oficiales. Peter Tschentscher afirmó que los no vacunados representaron el 95% de los casos de COVID. Después de una investigación del Senado, se reveló que la cifra real era del 14,3%.
