En Alemania, algunos revisan la historia del país en el siglo XX y no aciertan a entender por qué sus líderes han salido en defensa del régimen de Kiev a costa del sufrimiento de los propios alemanes. Pero es precisamente en la historia donde se halla la explicación a una política carente de lógica y sensatez. Protocolos secretos, intereses inconfesables… No son pocos los vínculos de las altas esferas alemanas con poderes a los que nada les importa sacrificar al país con tal de dañar a Rusia.
La República Federal Alemana la fundaron unilateralmente los EE.UU. para evitar en ella toda idea de comunismo o pensamiento marxista. Reciclaron los EE.UU. a todo el funcionariado nazi para que Alemania siguiera siendo anticomunista furibunda, pero difundieron una caricatura del nazismo que los camuflara. Porque los EE.UU. son tan racistas como los nazis, tan imperialistas como los nazis, tan anticomunistas como los nazis, tan genocidas como los nazis, pero no persiguen a los judíos. Así inundaron el mundo de películas y novelas que caracterizaban a los nazis exclusivamente de antijudíos. Por eso ahora pueden jugar con la catetada de decir que Zelenski no puede ser nazi porque es judío. Como si el estado de Israel no fuese brutalmente nazi, racista y genocida. La BRD, que muchos alemanes sentían como las siglas más de Bananenrepublik que de Bundesrepublik, por la cantidad de bases y tropas con las que los usacos corroían el territorio nacional, ha sido nazi desde su fundación, con leyes antirradicales que fomentaban que los niños delatasen a sus padres e impedían que un comunista pudiera ser cartero. No hay más que ver la habitación “de la sangre” con las paredes llenas de sangre en la casa natal de Carlos Marx en Tréveris, donde se acusa al marxismo de los peores crímenes, guerras y asesinatos, disparate salido de la mente enferma de Goebbels pero montado por un partido que se decía socialdemócrata aunque era tan nazi como Vox o Lepen o la Meloni.
Alemania colabora con Ucrania en la guerra y ataca a Rusia porque es un estado tan nazi como los del Maidán, los asesinos de Odessa o el batallón Azov. Aunque perjudique al pueblo alemán. Basta que lo ordene el amo, los EE.UU., los nazis muerden como perros dobermann