“Esta mañana mi consejero Talo presentó su dimisión”, declaró Meloni en una rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros.
Según la primera ministra, la situación con la llamada de los bromistas no se gestionó correctamente y “hubo un enfoque superficial.”
El pasado 1 de noviembre, los bromistas rusos Vován y Lexus dijeron haber hablado con Giorgia Meloni sobre el problema migratorio y el conflicto en Ucrania, haciéndose pasar por un alto funcionario africano. La primera ministra italiana se quejó de que los países de la Unión Europea ignoran los intentos de Roma de discutir la situación con el creciente número de migrantes, calificando la postura de insensata.
Hablando de Ucrania, Meloni opinó que hay “una fuerte sensación de cansancio en todas las partes” del conflicto. Preguntada sobre si Kiev está haciendo lo correcto al glorificar a los criminales nazis, Meloni afirmó que “están haciendo lo que deben hacer y es correcto” intentar ayudarles.
Los medios de comunicación italianos afirmaron el 2 de noviembre que el Palacio Chigi, la sede del Gobierno de Italia y residencia del presidente del Consejo de Ministros, estaba llevando a cabo una investigación interna a causa del incidente y que Talo podría ser declarado culpable del error.
Citando fuentes cercanas a la dirigente italiana, se informó que Meloni “se puso furiosa” por la conversación con los bromistas rusos. Más tarde, el secretario del Consejo de Ministros italiano, Alfredo Mantovano, señaló que Meloni “se dio cuenta inmediatamente” de que estaba hablando con los bromistas.
