Un grupo de astrónomos estadounidenses descubrió que el chorro de plasma que es emitido por un agujero negro supermasivo, situado en el centro de una enorme galaxia, podría ser el causante de las misteriosas explosiones de sus estrellas cercanas, informó el pasado jueves la NASA.
La galaxia elíptica Messier 87 (M87), que se encuentra a 55 millones de años luz de la Tierra, alberga un agujero negro de 6.500 millones de masas solares, que es capaz de producir un enorme chorro de plasma de 3.000 años luz de longitud. Este flujo de partículas de alta energía se caracteriza por moverse a velocidades cercanas a la luz.
Estallidos estelares inusuales
Según la NASA, cualquier objeto que quede atrapado dentro del chorro terminaría quemado. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en The Astrophysical Journal concluyó que los sistemas binarios (dos estrellas que orbitan entre sí) cercanos a la trayectoria del flujo energético del agujero negro de M87 entrán en erupción con el doble de frecuencia que en otras partes de la galaxia.
Los estallidos termonucleares en estos sistemas, clasificados como ‘novas’, ocurren como resultado de la acumulación de materia en la superficie de la estrella enana blanca, principalmente hidrógeno sustraído de la gigante roja, su estrella compañera.
No obstante, este descubrimiento ha desconcertado a los investigadores, puesto que es inusual que estas explosiones se produzcan con más frecuencia cerca del chorro de plasma, a pesar de no estar directamente en su trayectoria.
Los científicos lograron obtener evidencia sobre la influencia del chorro energético en las estrellas circundantes mediante las observaciones recopiladas durante nueve meses por la nueva cámara de visión amplia del telescopio espacial Hubble. Con estos datos se pudo identificar un total de 94 novas cerca del chorro.
Teorías detrás de novas causadas por los chorros
Pese a que el mecanismo exacto por el cual el chorro del agujero negro de M87 está impulsando estas erupciones estelares aún no está claro, el investigador Alec Lessing propuso dos teorías para tratar de explicar este fenómeno. La primera hipótesis sugiere que el chorro está empujando hidrógeno a las enanas blancas, provocando que entren en erupción con más frecuencia.
«Pero no está claro que se trate de un empuje físico. Podría ser el efecto de la presión de la luz que emana del chorro», señaló Lessing. El otro planteamiento menciona que la energía del chorro podría estar calentando a la compañera de la enana blanca, aumentando la cantidad de hidrógeno hacia esta. Sin embargo, los especialistas apuntaron que los modelos actuales han mostrado que el calentamiento del chorro no es lo suficientemente grande para producir este efecto.