En un llamamiento urgente a la comunidad internacional, el Gobierno de Líbano ha elevado una nueva queja ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La denuncia se centra en los «continuos bombardeos» que ha sufrido el país en las últimas semanas, instando a la organización a condenar la «agresión» israelí de manera inmediata. Desde su representación permanente en Nueva York, el Ministerio de Exteriores libanés ha expresado su preocupación por los ataques que están afectando incluso a centros de asistencia médica de urgencia y a la población civil.
El Ministerio de Exteriores de Líbano ha solicitado al Consejo de Seguridad que obligue a Israel a adherirse a la resolución 1701, aprobada en 2006, que puso fin al conflicto de ese año entre el Ejército israelí y el partido-milicia chií Hezbolá. La queja se produce en el contexto de los ataques perpetrados entre el 3 y el 14 de octubre. Además, el gobierno libanés ha pedido que se condene la «invasión del territorio libanés» y que se detengan inmediatamente los actos agresivos por parte de Israel.
El primer ministro en funciones de Líbano, Nayib Mikati, ha hecho un llamado la semana pasada a las Naciones Unidas para que aprueben una resolución que demande «un alto el fuego inmediato» con Israel y la aplicación completa de la resolución 1701. Mikati ha reafirmado el apoyo del partido-milicia chií Hezbolá a esta resolución, subrayando el compromiso de Líbano con sus derechos y su territorio. «Hemos mostrado en repetidas ocasiones en otros foros internacionales el compromiso de Líbano con la resolución 1701», afirmó, añadiendo que la invasión de su país es «totalmente inaceptable».
Por su parte, Israel ha descrito su invasión, que comenzó el 1 de octubre, como una operación «selectiva y limitada» contra «objetivos terroristas e infraestructuras» de Hezbolá. Esta ofensiva se lanzó tras cerca de dos semanas de ataques intensificados y ha continuado con un recrudecimiento de los bombardeos contra la capital, Beirut, y otras áreas del país.
Agencias/elplural