Laura Mercedes Giráldez (Granma).— Comparten Cuba y Venezuela la dicha de saberse pueblos caribeños, de cimientos culturales bien sostenidos, hermanos por decisión. Así, cuando uno de los dos países celebra sus tradiciones, la festividad trasciende y se convierte en homenaje.
Con esa certeza no pasará inadvertido el Día de la Cultura Cubana en esta nación, donde tantos hijos de la Isla han cumplido y cumplen misión internacionalista. En un esfuerzo conjunto entre la Embajada de la Mayor de la Antillas y la Cinemateca Nacional de Venezuela, quedó inaugurado este miércoles un ciclo de cine cubano contemporáneo que se extenderá hasta el domingo 20.
De cierta manera fue el primer filme proyectado de esta muestra dedicada además, a los 65 años de la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y al aniversario 120 del natalicio de Alejo Carpentier.
Asimismo, el público disfruta de las películas AM-PM, Oscuros amores, el documental Maisinicú, medio siglo después y El Mayor. Con esta última se espera la clausura de la cita cinematográfica que, al decir de Vladimir Sosa, presidente de la Cinemateca venezolana, es otra oportunidad de acercamiento, pues «en el ámbito cultural es donde siento que las relaciones entre los pueblos y gobiernos son más estrechas, cercanas, amistosas, más sinceras y honestas», dijo.