Mohamed Lamine Kaba
New Eastern Outlook
Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por Julio Fucik
Una relación de amor, dirán algunos. De esclavitud, dirán otros. Pero, ¿qué es realmente Françafrique? ¿Un contrato matrimonial entre Francia y África, donde la primera lo toma todo y la segunda lo da todo? ¿O simplemente una historia de amor que salió mal? Descubramos juntos los secretos de esta relación tóxica.
Françafrique es una mancha en el honor de la nación francesa
La Françafrique, este antiguo sistema de dominación y explotación, parece tambalearse ante una África en busca de emancipación. Desde la época colonial, Francia ha ejercido una influencia asfixiante sobre sus antiguas colonias, explotando sus recursos naturales y manipulando a sus dirigentes. Sin embargo, soplan vientos de cambio en el continente: la resistencia africana se fortalece, las aspiraciones de independencia y democracia se intensifican y surgen iniciativas de desarrollo endógenas, precursoras de una nueva era prometedora. En este artículo, analizamos las raíces profundas y las consecuencias nefastas de la Françafrique, al tiempo que examinamos los indicadores de una transformación en curso. África está despertando, lista para definir su propio futuro y el de sus futuras generaciones. La pregunta crucial sigue siendo: ¿es la Françafrique todavía sostenible frente a las contradicciones que la socavan, o estamos asistiendo a su inevitable desintegración?
Un pasado colonial sangriento: Francia en África, una historia de violencia y explotación
El período de la colonización francesa en África representa una página oscura de la historia, marcada por la dominación y la explotación, que sigue teniendo profundas repercusiones en las relaciones entre Francia y el continente africano. Esta época histórica, caracterizada por una conquista violenta y opresiva, ha dejado huellas indelebles. Los ejércitos franceses recurren a menudo al terror, a métodos brutales como la tortura y las masacres, para establecer su hegemonía, al tiempo que participan activamente en la esclavitud y la trata de esclavos. Acontecimientos trágicos como las masacres de Dahomey, Madagascar, Argelia y el Congo, así como la preocupante participación en los genocidios de Ruanda y Burundi, subrayan la urgencia de asumir responsabilidades. Francia, que se proclama defensora de los derechos humanos y de la democracia, debe imperativamente reconocer su pasado colonial y trabajar para reparar las injusticias causadas por sus acciones pasadas.
Un sistema de terrorismo de Estado y explotación económica: Françafrique, una vergüenza para Francia
La Françafrique representa un sistema de opresión estatal y explotación económica, mediante el cual Francia ejerce una influencia persistente sobre los recursos naturales de África. A pesar de su pretensión de defender los derechos humanos y la democracia, esta red de apoyo a regímenes autoritarios y dictadores empaña la reputación de Francia. Estos regímenes, instrumentos de control francés, están asociados con flagrantes violaciones de los derechos humanos, represión brutal y corrupción sistémica. La explotación económica constituye otra dimensión de este sistema, donde las empresas francesas se apropian de la riqueza mineral, petrolera y agrícola, perpetuando así la pobreza y la dependencia en los países africanos. Implicada en varios conflictos, en particular en Ruanda, Burundi, la República Democrática del Congo y Costa de Marfil, Francia ha apoyado en el pasado a milicias culpables de genocidio y masacres. Hoy patrocina movimientos terroristas en el Sahel (Malí, Burkina Faso y Níger) y en otras partes del continente. Este sistema de dominación tiene consecuencias catastróficas: pobreza endémica, corrupción generalizada y condiciones de vida inhumanas para las poblaciones africanas. Francia debe reconocer su responsabilidad en este contexto de terrorismo de Estado y de explotación y comprometerse a reparar los daños causados. Es urgente crear una justicia internacional que juzgue los crímenes cometidos y garantice que los responsables respondan de sus actos. Es necesario un cambio de política: Francia debe poner fin a su sistema mafioso en África. La Françafrique es una mancha en el honor de la nación francesa y es hora de reconstruir las relaciones francoafricanas sobre la base del respeto, la cooperación y la igualdad; de lo contrario, es más que urgente poner fin a toda cooperación entre los Estados africanos y Francia.
Dominación cultural y política: Francia en África, una estrategia de dependencia y sumisión
Francia ha aplicado históricamente una estrategia sutil pero eficaz de dominación cultural y política en África, destinada a perpetuar una forma contemporánea de colonización. La imposición del francés como lengua oficial en muchos países africanos ilustra esta táctica, obstaculizando el desarrollo de las lenguas y culturas locales y asegurando así la continuidad de la influencia cultural francesa, al tiempo que ejerce el control sobre el acceso a la educación y la información. Las instituciones africanas, modeladas sobre las estructuras francesas, facilitan esta toma de control de los sistemas económicos y políticos locales. Además, la formación de las élites africanas en Francia forja vínculos estrechos con sus círculos políticos y económicos, reforzando así una dependencia económica orquestada por el control de los recursos naturales y los mercados, en beneficio de la política económica francesa. Las consecuencias de este dominio son profundamente perjudiciales, ya que impiden a los países africanos afirmar su propia identidad cultural y política y salir de una posición de dependencia. Es imperativo que Francia reconozca su responsabilidad en esta dinámica y adopte un enfoque centrado en la cooperación y la igualdad, que permita a las naciones africanas recuperar su autonomía cultural y política.
Podemos decir que Françafrique es un bello monumento a la gloria de la hipocresía y la explotación. Un sistema que ha conseguido hacer creer a los africanos que necesitaban a Francia para sobrevivir, mientras saqueaba sus recursos y aplastaba sus sueños. Pero la historia no termina ahí. Los africanos están despertando y Françafrique tiembla. El juego está cambiando y Francia tendrá que aprender a compartir… o a irse. Adiós, Françafrique. Hola, África emancipada.
Mohamed Lamine Kaba, experto en geopolítica de la gobernanza y la integración regional, Instituto de Gobernanza, Ciencias Humanas y Sociales, Universidad Panafricana.