Los ejércitos europeos no seducen y, como consecuencia de ello, el reclutamiento no alcanza para reponer los abandonos. A pesar de ello, los militares sueñan despiertos, especialmente los británicos. “Cada año se establecen objetivos de contratación que no se alcanzan. El año pasado, la moral de las tropas alcanzó mínimos históricos” y “nuestras fuerzas perdieron cada mes 300 soldados más de tiempo completo de los que reclutaban”, dijo John Healey, el ministro de Defensa británico, durante una audiencia parlamentaria.
Al abandonar su puesto como Jefe de Estado Mayor, el general Patrick Sanders dijo que “en los próximos tres años, deberíamos poder hablar de un ejército británico de 120.000 hombres, incluidos los reservistas. Pero aún así no será suficiente”.
El último estudio de defensa estratégica, publicado en 2021, planeaba aumentar el número de efectivos del ejército británico y Grant Shapps, el antiguo ministro de Defensa británico, dijo que “la fuerza del ejército británico no bajará de los 73.000 hombres”. Sin embargo, un reportaje publicado por el diario The Times en enero estimaba que en 2026 tendría menos de 70.000 efectivos.
Las explicaciones del desinterés no son originales: la remuneración, las condiciones de vivienda, las dificultades para conciliar la vida militar y familiar, etc. Para intentar remediarlo, el ministro del ramo anunció la mayor subida de los sueldos en 20 años.
También hablan de conceder “bonos de retención” de 8.000 libras esterlinas a los suboficiales que ya hayan cumplido cuatro años de servicio. El importe de estas bonificaciones podría llegar incluso a las 30.000 libras esterlinas para conservar a los especialistas clave en el ámbito de la aeronáutica.
Otra medida tiene como objetivo agilizar el proceso de reclutamiento, ya que el ministro indicó que, durante la última década, del millón de jóvenes que solicitaron ingresar en el ejército, el 75 por cien había cambiado de opinión antes de realizar las primeras pruebas.