«La inexistente, risible y fantasmagórica oficina para asuntos en Venezuela, de los EEUU, con sede en Bogotá, sigue en su estrafalario accionar contra Venezuela. (…) Osa opinar sobre el impecable apego del Gobierno Bolivariano al derecho internacional y las normas de la diplomacia contempladas en la Convención de Viena y la Carta de las Naciones Unidas», expresó Gil a través de Telegram.
Gil hizo referencia a un mensaje que publicó en la red social X la embajada de EEUU en Bogotá, a través del cual denunció supuestos actos de hostigamiento contra las personas asiladas en la sede diplomática argentina en Caracas, que se encuentra bajo protección de Brasil.
Poco antes, la organización política Vente Venezuela denunció un presunto asedio por parte de funcionarios del Estado contra la embajada de Argentina, donde se encuentran asilados seis dirigentes de oposición.
Al respecto, el partido señaló que la sede diplomática permanece sin servicio eléctrico y señal de comunicación.
Por su parte, Gil criticó estos señalamientos tras considerar que se trata de una mentira de los funcionarios de EEUU.
«Basta de tanta hipocresía y mentira de estos funcionarios estadounidenses, que tanto daño han querido hacer al pueblo venezolano, que además secuestran nuestros activos y sedes diplomáticas en su territorio. Es hora de que los EEUU, en lugar de apoyar tanta vagabundería, se dedique a cumplir con sus obligaciones con un estado serio», comentó.
Asimismo, manifestó que el Gobierno saliente de EEUU tiene un «historial vergonzoso como lo es el soporte al genocidio en Gaza, bombardeos en Líbano y Siria, cómplice de los nazis ucranianos que envían misiles al pueblo ruso», así como apoyo al «asalto a la embajada mexicana en Ecuador».
En agosto, la embajada de Brasil en Caracas asumió la custodia de las sedes diplomáticas de Argentina y Perú en Venezuela, así como de la representación de sus intereses y sus connacionales en el territorio del país caribeño.
Además, decidió amparar a los seis dirigentes opositores venezolanos asilados en la embajada argentina en Caracas al asumir la custodia del edificio y la residencia oficial de ese país tras la salida de su representación diplomática de esta nación sudamericana.