F.J. Ferrer (Unidad y Lucha).— Hoy día, la crisis estructural del sistema capitalista en su fase actual imperialista hace que este caduco sistema esté plagado de irresolubles contradicciones: pobreza generalizada, depreciación del valor de la fuerza de trabajo, inseguridad, escalada bélica de imprevisibles consecuencias, etc.
El capital y sus gobiernos, se llamen estos como se llamen, intentan descargar el peso de esta crisis sobre el conjunto de la clase obrera y demás sectores populares, un hecho que tiene un impacto nefasto para los trabajadores y trabajadoras de todos los sectores, pero también para los y las pensionistas y jubilados/as, quienes ven disminuir pensiones y derechos, comprobando cómo empeoran sus condiciones de vida y la de sus hijos e hijas.
Durante la celebración del III Congreso de la Unión Internacional de Sindicatos de Pensionistas y Jubilados de la Federación Sindical Mundial, celebrado en Atenas el pasado mes de Abril, y donde participaron 80 países con 160 delegados y delegadas, entre ellos, camaradas del PCPE, se tuvo la oportunidad de comprobar de forma directa los problemas y vicisitudes que afectan a los y las pensionistas y jubilados del mundo capitalista. Prácticamente, todas las intervenciones de las delegaciones al Congreso coincidían de forma unánime en denunciar el ataque del capital en todas las regiones del mundo bajo regímenes capitalistas a los sistemas públicos de seguridad social, pensiones, salarios y, en general, al conjunto de la clase obrera, por parte de los respectivos gobiernos, el encarecimiento de los medicamentos, el retraso en la edad de jubilación, la desigualdad con respecto a la mujer trabajadora, la privatización de los seguros de pensiones…
Aunque existen enormes diferencias entre regiones, países, zonas urbanas y rurales y entre hombres y mujeres, ese ataque contra los derechos de trabajadores y trabajadoras es el denominador común.
En este contexto, la lucha reivindicativa de las personas jubiladas y pensionistas cobra especial relevancia, constatándose un significativo aumento del movimiento pensionista, aunque con dificultades como:
-La existencia de pocas estructuras sindicales, país a país, que organizan a los y las PyJ.
-Poca conciencia colectiva de que los y las PyJ tienen derechos que defender y reivindicaciones que reclamar.
-Dispersión de organizaciones nacidas separadamente a iniciativa de los propios y las propias PyJ.
-Poca conexión entre el Movimiento obrero y el movimiento pensionista.
-Influencia ideológica reformista (burguesa) entre las organizaciones de PyJ.
-La tarea desmovilizadora de sindicatos colaboracionistas con el sistema capitalista, que abandonando la lucha de clases han optado por el “consenso y el diálogo dialogo con la patronal.”
-Y no menos importante, la injerencia del imperialismo, encabezado por los EEUU, sobre países a los que pretende mantener sometidos a sus intereses con sanciones, bloqueos (como el criminal bloqueo a Cuba), amenazas y agresiones que tienen una significativa influencia en las condiciones de vida de millones de trabajadores y trabajadoras incluso dentro de los propios países imperialistas.
A grandes rasgos, este es el escenario en el que los y las PyJ y sus organizaciones se encuentran, en un mundo determinado por la lucha de clases y donde la lucha de la clase obrera por sus reivindicaciones y derechos y, en última instancia, por su independencia ideológica y política, a nivel mundial, no es ajena a la lucha de los y las PyJ, pues debe de entenderse que cuando una trabajadora o trabajador pasa de la situación de activo a la de pensionista o jubilado no por ello deja de pertenecer a la clase trabajadora.
Es por ello, que reviste vital importancia que el movimiento obrero (activo) asuma que la lucha de pensionistas y jubilados/as es parte de su lucha y viceversa.
La sola lucha reivindicativa de los derechos de PyJ sin contar con el apoyo del resto del movimiento obrero no dará los frutos deseados, quedando en el mejor de los casos en demandas y reclamos ante los gobiernos de turno que no tendrán efecto alguno sobre las condiciones materiales de vida de los y las PyJ.
Solo la clase obrera, en activo, tiene la fuerza necesaria para doblegar la resistencia de la burguesía, pues es la clase que tiene la capacidad de parar la producción (tomar el control de la producción) y es por eso que es vital esa unificación de las luchas de trabajadoras y trabajadores en activo con las luchas de los y las PyJ.