Cientos de civiles, en su mayoría mujeres y niños, han muerto o han resultado heridos en Siria en las últimas dos semanas, recoge la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés). La situación humanitaria y de seguridad sigue siendo inestable desde la caída del Gobierno de Bashar al Assad.
«Solo en el noroeste de Siria, al menos 75 civiles, entre ellos 28 niños y 11 mujeres, han muerto a causa de las hostilidades entre el 26 de noviembre y el 8 de diciembre, según datos verificados por las autoridades sanitarias locales», dice el informe. «Al menos otros 282 han resultado heridos, entre ellos 106 niños y 56 mujeres.»
Los hospitales de todo el país están desbordados de heridos y se informa de escasez de alimentos en las principales ciudades, mientras que unas 100.000 personas se han desplazado al noreste del territorio debido a los continuos combates en muchas zonas. Así, el precio del pan en Idlib y Alepo aumentó un 900 % entre el 27 de noviembre y el 9 de diciembre. También hay informes que indican que algunos depósitos de ayuda han sido saqueados.
Además, la organización humanitaria ha expresado su preocupación por los riesgos que acarrean los artefactos explosivos que hay enterrados en varias áreas, ya que miles de personas siguen desplazándose. Se señala que en los últimos diez días se han identificado 52 campos minados en el país.