Estados Unidos retiró la recompensa de 10 millones de dólares que ofrecía por la cabeza del nuevo gobernante de facto de Siria y ex miembro de Al Qaeda, Ahmed al Sharaa –cuyo nombre de guerra es Abú Mohamed al Golani– luego de que éste se comprometió a no permitir que «grupos terroristas» que amenacen a Estados Unidos y al mundo operen en el país.
Durante una reunión binacional en Damasco, la diplomática de la Casa Blanca para Medio Oriente, Barbara Leaf, declaró que espera que no exista más influencia de Irán en Siria.
“Discutimos la necesidad crítica de garantizar que los grupos ‘terroristas’ no puedan representar una amenaza en Siria o en el exterior, incluso para Estados Unidos y nuestros socios en la región. Ahmed Ashara se comprometió a ello”, afirmó ayer Leaf en conferencia de prensa.
Junto con Leaf, integraron la comisión diplomática el ex enviado especial para Siria, Daniel Rubinstein, y el jefe del gobierno para Asuntos de Rehenes, Roger Carstens, encargado de buscar a estadounidenses desaparecidos en Siria, como el periodista Austin Tice, secuestrado en agosto de 2012.
Tras la reunión, las nuevas autoridades de Damasco aseguraron que ayudarán a alcanzar la paz regional. El portavoz de Siria indicó que la nación mantiene la misma distancia con todos los países y partidos de la región «y rechaza cualquier polarización». Al Sharaa afirmó que la caída del gobierno de Al Assad «retrocede 40 años el proyecto de Irán en la región», y que el territorio sirio «no será usado para atacar o desestabilizar a países árabes o del Golfo. Al retirar a las milicias iraníes y cerrar Siria a la influencia de Teherán, hemos beneficiado los intereses de la región», dijo en una entrevista concedida al diario saudí Asharq al Awsat; además, aseguró que la ofensiva «logró lo que la diplomacia y la presión externa no pudieron, con pérdidas mínimas».
“Siria se había convertido en una plataforma para que Irán controlara capitales árabes claves, propagar la guerra y desestabilizar el Golfo (Pérsico) con drogas como el captagon” sostuvo el líder de HTS y prometió que “la revolución siria terminó con la caída del régimen (de Al Assad) y no se propagará a otros lugares.
«Como país, estamos cansados de guerras y de ser usados para las agendas de otros. Queremos restaurar la confianza y reconstruir nuestro país como parte del mundo árabe», añadió Al Golani.
Por otra parte, Washington tuvo conocimiento de manera anticipada de la ofensiva de HTS que derrocó a Al Assad, e impulsó al Comando Revolucionario (RCA) –una milicia financiada por Estados Unidos– para unirse, según un informe publicado por el medio británico The Telegraph.
“Simplemente nos dijeron: ‘Todo está a punto de cambiar. Éste es el momento. O cae Al Assad o caen ustedes”, declaró Bashar Al Mashadani, un comandante de la RCA.
En octubre, Washington aumentó la fuerza de HTS de 800 combatientes a unos 3 mil, todos armados y pagados por el Pentágono, de quien reciben un salario mensual de 400 dólares, informó The Telegraph.
SERÁN DERROTADOS !!!