El aumento de la edad de jubilación y las falacias que lo rodean

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El peso que aplasta a la clase obrera aumenta cada vez más. Recientemente han anunciado una subida en la edad de jubilación y lo venden como algo positivo, pues ese es el papel de la socialdemocracia y de los sindicatos amarillos. A partir de 2025 la edad de jubilación rozará los 67 años, y seguirá subiendo.

El Gobierno “más progresista” al servicio del capital financiero trae a nuestros días una reforma de las pensiones que viene del gobierno del corrupto Rajoy. Nos dicen que es “un acuerdo” entre Gobierno, sindicatos y patronal. Nada más lejos de la realidad, porque entre ellos no hay ninguna discrepancia ni tienen intereses diferentes. La burguesía (patronal) pone a los políticos a administrar su Estado y envía a los sindicatos verticales a velar por sus intereses en los centros de trabajo, manteniendo a raya cualquier atisbo de lucha obrera.

¿De qué manera pretenden engañarnos? Nos cuentan que lo que nos ofrecen es poder demorar la jubilación para una mayor cotización que derivará en una mayor cuantía, la cual será insignificante para el obrero pero ganancias mucho mayores para el empresario que lo explota hasta la saciedad. Una segunda manzana envenenada es la “jubilación activa”, que básicamente se trata de trabajar y cobrar un porcentaje de la pensión al mismo tiempo. Ante la enorme precariedad en el trabajo, muchos trabajadores se verán obligados a aceptarla. Es la misma estrategia que se usa al permitir combinar una prestación con un empleo; “compensa” temporalmente el bajo salario o la miseria que se gana a tiempo parcial y gana el patrón, pues el obrero siente que tiene menos motivos, o incluso “menos derecho”, para quejarse a la vez que retrasa la indignación de éste y el patrón puede seguir con esas condiciones más ventajosas para su robo de la plusvalía. Lo mismo ocurre con la nueva fórmula de cobrar el paro a la vez que se trabaja. La burguesía es conocedora de la lamentable situación que vivimos, y nos ofrece consumir el paro para obtener una mayor cifra mensual, pero al quedarnos desempleados ya no tendremos derecho a prestación y será menester encontrar un trabajo, el cual aceptaremos por penosas que sean las condiciones.

Respecto a los trabajadores de la industria manufacturera, prácticamente se dejará el asunto sin resolver hasta 2029, donde la excusa del próximo gobierno hará posible la nueva adaptación para empeorar la situación de estos trabajadores con discursos que lo embellezcan o que digan, simplemente, que es hora de apretarse más aún el cinturón y, por tanto, es “necesario” que los desposeídos de los medios de producción hagamos mayores “esfuerzos”. Por otro lado, respecto a las profesiones peligrosas nos encontramos con un lamentable galimatías que indica que quieren escudarse en la ambigüedad, pues se habla de decidirse la peligrosidad en cada caso con la “aportación de informe la Inspección de Trabajo, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y participará una comisión de evaluación, así como los agentes sociales y los ministerios de Seguridad Social, Hacienda y Trabajo”. Es decir, en un mar de burocracia que quedará en nada más que pasarse la pelota unos a otros.

En lo referente a las mutuas, en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva de 2023 se refleja que se seguirán fortaleciendo, lo cual significa que quienes se lucran con los problemas de salud y parasitan recursos públicos para ello, tendrán mayores ganancias. Los “agentes sociales” dicen que es un recurso desaprovechado y que permite saltarse las esperas en la salud pública. Si lo traducimos nos encontramos lo siguiente: la sanidad pública ve mermados sus recursos progresivamente, ya que los recursos del Estado, aparte de usarse para financiar la represión a la clase obrera, van destinados a asegurar ganancias a la burguesía; un porcentaje de compras de productos y servicios que no pueden salir del bolsillo de los obreros por la constante pauperización y precariedad. Debido a que una minoría parásita necesita mover grandes cantidades de dinero público al sector privado, los servicios básicos que necesitamos van perdiendo calidad.

¿Cómo resuelven los “agentes sociales” la ecuación anterior? ¿apartando las manos de los parásitos de dichos recursos? ¿destinando el dinero necesario para el funcionamiento óptimo de la sanidad pública? No; su forma de “resolverlo” es dejar la sanidad pública en el esqueleto para darles jugosas cuantías a la sanidad privada. Con lo cual, tanto pensionistas como trabajadores en activo serán testigos de cómo se reduce aún más la calidad de vida, dificultándose el acceso a recursos y sobrando todas aquellas vidas que no puedan pagar para aliviar sus dolencias, derivadas todas de un sistema de barbarie como es el capitalismo.

Todos estos explotadores y carroñeros pretenden decirnos que existe dificultad para “hacer números” y que las pensiones son una carga para el Estado. Ocurre que los jubilados, habiendo sido asalariados, han obtenido durante su vida laboral una retribución infinitamente menor que lo correspondiente al tiempo de trabajo que han empleado para los productos o servicios que han realizado, pues el salario es independiente del valor producido, siendo esto último parasitado por el burgués. De modo que, realmente, tratándose los jubilados de generaciones que produjeron todo lo necesario para la vida en sociedad, a costa de su salud y sufriendo el robo del empresario, no “cuestan” dinero, sino que se les debe dinero, y además se han ganado el descanso retribuido al haber sido durante demasiados años el motor de la economía. La burguesía se niega a reconocer esto, pues una vez dejamos de ser productivos para dichos parásitos, pasamos a ser “una carga” y es por eso que ponen a sus políticos, sus sindicatos, sus bestias fascistas y sus medios de manipulación de masas a mentir usando todos los juegos de manos posibles, para convertir el asunto en algo aparentemente incomprensible y que solo los que “saben de economía” pueden entender.

En 2023 España destinó a gastos militares más de 22.000 millones de euros, e incluso en el presente año, a pesar de la ausencia de Presupuestos Generales del Estado, en septiembre se aprobó un gasto de 746 millones en una semana. ¿Por qué tanta facilidad para esto y tantos “problemas” para las pensiones? Porque los pensionistas ya no son productivos, y para la burguesía son prescindibles. En cambio, el gasto militar es totalmente necesario para la defensa de sus intereses imperialistas, preparándose para agredir a quien sea necesario para controlar mercados, materias primas y para consolidar la defensa de la economía de mercado en el interior del país si los obreros se atrevieran a desafiarla. Por tanto, no es una señal de que prioricen la vida humana, precisamente.

Otro ejemplo son las mismísimas mutuas a las que mencionan nuestros “agentes sociales” para deshacerse en elogios. ¿Por qué la burguesía se empeña en decir que “no hay dinero” para sostener las pensiones pero lo malgasta en llenar los bolsillos de parásitos que se lucran privatizando la sanidad? Porque su sistema, el capitalismo, está en bancarrota y necesita desmantelar los servicios públicos para destinar los recursos que éstos reciben a sus bolsillos, y que además no tengamos más remedio que pagar con nuestro salario (si lo tuviéramos y en cantidad suficiente) absolutamente todo lo que necesitamos, incluida la sanidad y la educación. La clase obrera produce todo y hace todas las funciones necesarias para que funcione la sociedad, a cambio recibe un mínimo de lo generado, el burgués se lleva los frutos y exige que paguemos todo eso que hacemos posible nosotros para darle ganancias.

El Estado tiene un carácter de clase, y la clase dominante es la burguesía. Por tanto todos los recursos destinados al Estado se dedican al mantenimiento del aparato de represión sobre la clase obrera. Los burgueses tienen su ejército, sus fuerzas represivas, su judicatura, los políticos que administran a sus órdenes y nos engañan, los sindicatos verticales que desmovilizan a la clase obrera y firman retrocesos en sus derechos, etc. Pero también a asegurar el pago que necesita la clase dominante para retrasar las crisis tanto como sea posible, ya que son conscientes de que aumenta la miseria de la clase obrera y deben comprar con el dinero de los impuestos lo que ya no somos capaces de adquirir nosotros. Un ejemplo son los bonos de alquiler para jóvenes. No se trata de una ayuda para aquellos que no pueden pagar el alquiler por su bajo poder adquisitivo, sino que se aseguran de que los parásitos rentistas reciban el dinero que exigen; es una transferencia indirecta de dinero público para los propietarios, a la vez que le dan apariencia de “preocupación” por los jóvenes obreros.

A través del Gobierno “más progresista” al servicio del capital financiero, los monopolios pudieron dar un paso más en la privatización de las pensiones, usando a sus parlamentarios para venderlo como un triunfo en algunos casos, y en otros como un mal menor en el que juegan con el cuento de que “con la derecha sería peor”, cuando la pata izquierda y la pata derecha del capital sólo se distinguen en las palabras, no en los hechos. Los partidos de “izquierda”, como Bildu, ERC, Unidas Podemos, etc., presentaron unas enmiendas que no suponen cambio alguno, y de hecho es aceptar la privatización; tal es su trabajo.

Por un lado fingen indignarse, pero por otro legitiman la esclavitud asalariada, el derecho del burgués a la propiedad privada de los medios de producción. Se quitan responsabilidad de encima pidiendo que sea “voluntario” para las comunidades autónomas, así como para los trabajadores que quieran acogerse a dicho plan, aunque genere desigualdad. Otros disfrazan su discurso de indignación pero siguen participando en la farsa parlamentaria, haciendo posibles tantas infamias, asegurando que es el único camino y que “todo cambia” si votas a otros servidores del capital.

Decía Unidas Podemos, en un acto de pura propaganda y nada más, pues sabía que debía mantener cierta imagen y que no se iba a cumplir su engañosa “propuesta”, que las rentas más altas deben “aportar” más para sostener las pensiones porque es “más justo”. Es decir, los ricos, que tienen una descomunal y obscena capacidad de adquirir, que es posible por el robo de los frutos del trabajo a la clase obrera, tienen legitimidad para seguir siendo ricos, pero deben “aportar más”. Estos parásitos que solo se dedican al robo, ¿cómo van a aportar? Poseen todo lo que tienen por apropiarse indebidamente del trabajo ajeno; son ricos porque roban la aportación de la gran mayoría. Y no solo eso, sino que la recaudación va donde digan ellos, que son quienes dominan el Estado, así que entre conciertos y compra de productos y servicios a empresas que son propiedad de estos burgueses, así como a empresas donde tienen acciones, no supondría ninguna pérdida para sus cuentas. Unidas Podemos lo sabía, y a los chupasangres anteriormente descritos se deben los políticos que conformaban dicho partido, escindido actualmente.

Desde la extracción de materias primas hasta la conversión de éstas en todo tipo de creaciones, así como todo servicio y acción sobre dichos productos, lo realiza la clase obrera: la gran mayoría de la población que no tiene empresa y trabaja por un salario. Sin ello no es posible absolutamente nada de lo que da forma a las empresas y lo que se hace en ellas, y el dinero, que es también una creación humana, no tiene valor si no hay productos para el intercambio. ¿Por qué explicar el funcionamiento de la Bolsa y sus ganancias con un discurso ridículo y vacío? Porque no conviene que los que han producido las riquezas sean conscientes de que se les está robando y que un puñado de ricos está jugando a la lotería con nuestro esfuerzo. Mientras la clase obrera produce todo y obtiene cada vez más pobreza, paro y precariedad, una minoría criminal usa nuestro trabajo para hacer dinero y apropiarse de cada vez más frutos del trabajo, arrebatándolos a aquellos que los producen. Por otro lado, los datos hablan por sí solos y cada vez el trabajo es más inestable, temporal y parcial, con una pésima remuneración. Con esto se encuentran las nuevas generaciones, como ya contábamos en un comunicado anterior.

También vemos que la gran banca tiene récord de beneficios por la misma razón. De hecho, ahí reside el corazón del capital financiero que domina la fase del putrefacto capitalismo monopolista de Estado y hace posible el negocio puramente especulativo de la Bolsa. Y como hemos explicado, todo ello sale del trabajo de la gran mayoría que no tiene acceso a la riqueza que produce, porque ésta es propiedad de unos parásitos. ¿”No hay dinero” para pensiones o éstas no interesan si no forman parte del lucro de una clase dominante que es minoría?

Recordemos que, entre otras cosas, como alabar a las mutuas, CCOO y UGT gestionan planes de pensiones privados. Esos que se dicen “representantes de los trabajadores” cuando solo sirven a la patronal, tienen intereses en la privatización, pues los servicios a la burguesía es lo que garantiza sus privilegios. No solo eso, sino que reciben subvenciones del Estado por y para engañar a la clase obrera, y vemos nuevamente que solo hay dinero cuando su uso entra dentro de los intereses de la burguesía. Los planes privados sí interesan, porque quedan en manos del capital financiero para seguir con su dinámica especulativa, de robo y de barbarie. Mientras tanto, los futuros pensionistas dejarían en manos de estos buitres, sin saberlo, el sustento de su vejez, que se perderá en el declive del imperialismo y quedarán vacíos los fondos, pues las entidades financieras usarán ese dinero para sus aventuras especulativas en un intento de evitar el derrumbe de su criminal sistema, consiguiendo inevitablemente lo contrario.

Podemos comprobar que Gobierno (y cada partido de los parlamentos), sindicatos verticales y patronal luchan por los mismos intereses, llevando estos últimos el timón del Estado. Todos quieren parecer científicos buscando desesperadamente una cura para una enfermedad rara en un laboratorio, inventando fórmulas y paliativos, pero la realidad se impone y la explicación del “problema” de las pensiones es sencilla: sobran las vidas humanas que ya no pueden ser productivas ni comprar mercancías. De hecho, hemos conocido recientemente que este año han muerto 33.000 personas en situación de dependencia esperando ayuda. En este caso, volvemos a comprobar que hay un sinfín de burocracia y problemas para conseguir financiación, puesto que no es necesario para las ganancias del burgués.

Es más, el Gobierno “estima” que deben contar cada año con 200.000 migrantes “para asegurar las pensiones”. Obviamente, esos migrantes que vienen a España desesperados huyendo de la miseria se resignarán ante una mayor explotación y condiciones deplorables. Así, la burguesía tiene más a su favor al ver que aumenta la demanda de trabajo, y puede ofrecer mayor precariedad conociendo la necesidad, a la par que enfrenta a la clase obrera entre sí. Los capitalistas de las potencias imperialistas se dedican a esquilmar los recursos de los países del sur global y a explotar de la manera más inmisericorde a la clase obrera de esos países, mientras se dedican también a desestabilizar dichos países políticamente. Luego, cuando vienen obreros escapando de la miseria en esas naciones oprimidas, no sólo se les demoniza y se miente sobre ellos, sino que se les usa para dar beneficios a ONGs y para gran cantidad de trabajo precario. De hecho, como ocurre con toda la clase obrera aportan muchísimo más de lo que reciben.

Todo es fácil y rápido cuando se trata de robar los frutos del trabajo, facilitar la especulación, conceder contratos a empresas, privatizar todo servicio, gastar en agresión militar y todo tipo de represión, etc. Cuando se trata de las necesidades humanas, el tema se convierte en un circo de indignantes, enrevesadas y absurdas polémicas que rozan el delirio, cuando no lo sobrepasan.

Es menester tener siempre presente nuestro papel en la sociedad de clases; nuestra posición en las relaciones de producción, o de otro modo conseguirán engañarnos. Un ejemplo de esto es un anuncio del Estado burgués que hablaba de unos servicios que eran posibles gracias, supuestamente, a la recaudación, y decía “no es magia; son tus impuestos”. Realmente, decir que los impuestos producen y realizan servicios es lo mismo que decir que se trata de magia. Que no nos engañen: no es el dinero, sino el trabajo de la clase obrera el que hace posible todo. Nuestro partido ya ha explicado cómo son los obreros quienes financian su propia represión, pues el peso de la recaudación del Estado recae sobre nuestros hombros, mientras la burguesía apenas debe pagar.

Como hemos dicho, la clase obrera produce todo, pero no obtiene lo que le corresponde. Para verlo más claramente, más de la mitad de la riqueza del país está en manos del 10% de los burgueses más adinerados. Obviamente, debemos superar este modo de producción, pues solo nos lleva a la barbarie y a la miseria, derivando sus quiebras en continuas invasiones y guerras para controlar el mercado, a la vez que permite librarse del excedente humano, según la lógica capitalista.

Actualmente somos testigos de cómo dos bloques imperialistas chocan, llevando al polo hegemónico liderado por EE.UU. a una carrera desesperada para dominar a sangre y fuego, mientras el otro bloque emergente liderado por China y Rusia intenta crear las bases de su liderazgo mundial. Todo este panorama lleva a la burguesía a apostarlo todo al fascismo, que va ganando terreno en muchos países, pues necesita la mayor manipulación, la violencia sin cortapisas y los retrocesos en derechos para asegurar su dictadura de clase cuando el sistema está en jaque, ya sea por el hundimiento de la economía, como ocurre actualmente, o por un movimiento obrero fuerte, cosa que, por desgracia, aún está por construir.

El Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento a todo trabajador consciente de la insostenibilidad y la barbarie del sistema capitalista, que no nos lleva más que a la miseria y no solo genera sufrimiento en el presente, sino que hace peligrar el futuro. Debemos librarnos de los caballos de Troya del capital y fortalecernos en el sindicalismo de clase. La burguesía está consiguiendo que la clase obrera se resigne y quede atomizada; no podemos seguir siendo sujetos pasivos y observando mientras nos explotan sin piedad y sin límite. Todo está en continuo cambio; en continuo movimiento, y con el dominio del imperialismo no hay cabida para las necesidades humanas y la vida digna. La burguesía seguirá cometiendo todo tipo de infamias contra nuestra clase y adaptando su forma de dominación y sus leyes a las necesidades de la economía de mercado.

La lucha de clases no se detiene. Es cada vez más evidente que debemos unir todas las luchas en un Frente Único del Pueblo para hacer frente a la barbarie en todos los ámbitos, en una lucha organizada de la clase obrera contra el capital. Solo aquellos que generan toda la riqueza y que son la gran mayoría pueden tomar el poder político que tan despóticamente usa la burguesía, la cual nos chupará hasta la última gota de sangre por obtener la máxima ganancia posible, deshumanizándonos, negando cada vez más derechos y robándonos los frutos del trabajo para sus lujos, su represión y su guerra. ¡O ellos, o nosotros! Solo construyendo una auténtica democracia obrera quedará abolida esta esclavitud asalariada.

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE

Fuente: pcoe.net

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