Las manifestaciones tuvieron lugar en las gobernaciones de Tartous y Latakia, en algunas localidades de Hama y Homs, mientras decenas de personas protestaron en esta capital.
Un video en las redes sociales muestra a armados prendiendo fuego al santuario de mil 200 años de antigüedad consagrado al jeque Abu Abdullah Al-Hussein bin Hamdan Al-Khasibi, a quien se considera el guía espiritual de los alawitas, una minoría que representa 11 por ciento de la población en Siria.
Los indignados corearon consignas que rechazaron ese acto de violencia sectaria y portaron pancartas que piden unidad y evitar discordia.
Fuentes locales confirmaron la autenticidad del video del ataque al santuario que, aunque no es nuevo, se remonta al día en que el Departamento de Operaciones Militares tomó el control de la ciudad de Alepo a principios de este mes.
Después de la caída del gobierno de Bashar Al-Assad el pasado 8 de diciembre y la toma del poder por grupos islamistas encabezados por Hayet Tahrir Sham, se reportaron varios incidentes de violencia contra las minorías, en particular los musulmanes alawitas y los cristianos.
Además de robar y saquear una iglesia en Homs, se registró la quema de un árbol de Navidad en Hama, un ataque con armas de fuego contra la sede de la Arquidiócesis de Greco-ortodoxos en la provincia central de Hama y la destrucción de los cementerios de los cristianos en la ciudad de Mahrda.
Las recién instaladas autoridades en Siria aseguraron que tales crímenes son individuales y no representan su política ni su enfoque, que pretende preservar la unidad nacional.
El ministro de Información del gobierno provisional, Muhammad al-Omar, comentó que Siria ha vivido durante cientos de años con una diversidad de sectas y etnias, y expresó el pleno compromiso de proteger todos los sitios religiosos e históricos y preservarlos de cualquier ataque.