Con el lema España: 50 años en libertad (un eslogan más que triunfalista), para conmemorar los 50 años desde la muerte de Francisco Franco, se realizarán diversos actos donde la derecha que está en la oposición y la monarquía quedan retratadas (en realidad no hacía falta porque es obvia su complicidad con el franquismo).
La Casa Real justifica que el Borbón no puede asistir el acto en el Museo Reina Sofía, porque estará en el Palacio Real recibiendo las Cartas Credenciales de seis nuevos embajadores en España. Acto que podría haberse pospuesto sin dificultad.
El Partido Popular tampoco participará en los actos que organizará el gobierno español. Y no lo hará a lo largo de todo el año. “Ellos en España con Franco porque ya son tan pasado como él . Y nosotros en la España sin Sánchez , que es la España con futuro. Ellos, con su amargura , a volver a los años cuarenta, cincuenta, sesenta y los setenta. ¡Qué pereza hacen! ”, proclamó Alberto Núñez Feijóo pocos días después de conocerse la intención del gobierno español. “No estoy dispuesto a jugar en la división y en la fractura de mi país ”, añadió más tarde.
AYER BRASIL HA RECORDADO LA INTENTONA GOLPISTA DEL 8 DE ENERO DEL 2023 QUE PRETENDIA ASESINAR A LULA Y PROLONGAR LA DICTADURA DE BOLSONARO HASTA 2030 Al igual que en Brasil, dejando «todo atado y bien atado». No por casualidad los milicos educados por oficiales de la dictadura y de la misma generación de Bolsonaro, perpettraron una intentona golpista el 8 de enero de 2023 en desconocimiento de los resultados electoresl que dieron la victoria a Lula da Silva.
Desafortunadamente Brasil y España son como el espejo el uno del otro cuando se trata de una «transición a la democracia» en donde los jefes fascistas nos impusieron una «autoamnistía» a los perpetradores de crímenes de Estado, sin memoria, sin justicia y sin reparación a las víctimas. Hasta en el Pacto de La Moncloa se inspiró la «transicón lenta, gradual y segura» de los generales dictadores que se alternaban cada cuatro años hasta el fin formal del régimen en 1985.
Al igual que en España, nos impusieron el artículo 142º en la Constitución de 1988, artículo interpretado todavía hoy por la derecha militar y civil beneficiaria de la dictadura como licencia para intrometerse en los asuntos del Estado, tutelándolo por encima de los demás poderes de la República.
Y en ese interregno de una pasado que todavía no ha muerto y un futuro que tema en no nacer, estamos nosotros.
Es decir, la llamada «cuestión militar» (poder moderador?) del Imperio del Brasil cuyos mariscales realistas son también los autores del golpe que instauró la República oligárquica el 15 de noviembre de 1889, todavía no se resuelve, desafortunadamente.