«La UNRWA debe cesar sus operaciones en Jerusalén y desocupar todos los locales en los que está operando en la ciudad a más tardar el 30 de enero de 2025», dijo Danon en una carta dirigida al secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
La orden se debe a «los graves riesgos para la seguridad nacional» relacionados con «la infiltración» del movimiento palestino Hamás en la UNRWA.
En octubre pasado, la Knéset (Parlamento) israelí aprobó proyectos de ley destinados a prohibir las actividades de la UNRWA tanto en Israel como en los territorios que controla, y prohibir a las autoridades israelíes ponerse en contacto con la agencia, principal proveedor de ayuda a los palestinos de la Franja de Gaza.
Israel alegó que parte del personal de la agencia de la ONU tenía vínculos con Hamás y que, supuestamente, algunos miembros del personal estaban implicados en el ataque contra el país el 7 de octubre de 2023.
Sin embargo, según un informe de la ONU sobre la agencia, Israel nunca ha podido aportar pruebas que demuestren que el personal de la UNRWA estuviera implicado en actividades terroristas.
El director de la UNRWA, Philippe Lazzarini, calificó la decisión del Parlamento israelí de castigo colectivo, afirmando que contraviene la Carta de la ONU y provocaría más sufrimiento a los palestinos.