Al llegar a un aeropuerto de Manaus en un aterrizaje inesperado debido a problemas técnicos, la Policía Federal brasileña se percató de las esposas en los brasileños y ordenó inmediatamente la retirada de las mismas, así como acondicionó un área del aeropuerto para que recibieran comida, colchones y tuvieran acceso a los aseos con duchas.
El mandatario Luiz Inácio Lula da Silva fue puesto al tanto del incidente por el ministro Lewandowski, y ordenó la movilización de un avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) para trasladar a los compatriotas hacia Belo Horizonte, destino final del vuelo, a fin de proporcionarles un viaje digno y seguro.
En ese sentido, una nota de la cartera de Justicia y Seguridad Pública enfatizó que «la dignidad de la persona humana es un principio básico de la Constitución Federal y uno de los pilares del Estado democrático de derecho«.
 AGORA: A pedido do presidente Lula, a ministra dos Direitos Humanos, Macaé Evaristo, foi até o avião para receber os brasileiros deportados dos Estados Unidos e garantir que eles tivessem um tratamento digno no retorno ao país. A aeronave pousou em Belo Horizonte (MG). |
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El ministro de Justicia y Seguridad Pública rechazó el intento de las autoridades norteamericanas de mantener esposados y atados de pies a los ciudadanos brasileños, y lo calificó como «falta de respeto flagrante de los derechos fundamentales«.
En el vuelo se encontraban 88 pasajeros de Brasil junto con otros deportados desde el territorio norteamericano. En el viaje hacia Belo Horizonte fueron acompañados por militares de la FAB, personal de salud y la policía federal, y transportados en un avión KC-30 brindado por el gobierno brasileño.
En su destino final fueron recibidos por la ministra de Derechos Humanos, Macaé Evaristo, quien a petición de Lula da Silva dio la bienvenida a la ciudad y al país a los brasileños deportados en su regreso.
Este constituye el primer vuelo de deportación hacia el gigante sudamericano desde que asumiera posesión el mandatario Donald Trump, si bien había sido planificado con anterioridad, y ocurre en el marco de un acuerdo bilateral firmado en el año 2017, informó la Cancillería de Brasilia a EFE.
