Activistas locales citados por la Red Siria de Derechos Humanos denunciaron la masacre e informaron que las víctimas fueron ejecutadas a sangre fría por parte de extremistas que asaltaron de noche la referida aldea y obligaron a los civiles a salir de sus casas y luego los asesinaron con armas individuales equipadas con silenciadores, antes de huir hacia un destino desconocido.
De acuerdo con el diario local Al-Watan, las Fuerzas de Seguridad General rodearon el poblado en busca de los hombres armados encapuchados que cometieron el crimen, y detuvieron a tres de ellos.
De acuerdo con entidades de derechos humanos, el número de acciones de represalia y de liquidación de carácter sectario desde principios de 2025 en varias gobernaciones sirias ascendió a 105, que se cobraron la vida de 228 personas, incluidas cinco mujeres y un niño.
La mayoría de estas violaciones fueron perpetradas en la provincia de Homs con 97 víctimas mortales, Hama con 63, mientras en las gobernaciones costeras de Tartous y Latakia, fueron confirmados 25 asesinatos.