Kike Parra (Unidad y Lucha).— En una economía de casino como la actual, tal y como la definió Noam Chomsky 1, la Banca siempre gana porque juega con las cartas marcadas. Cuando pintan bastos, como en la crisis de 2008, los tramposos guardan un as en la manga. Canalizadas como ayudas a Cajas de Ahorros y bancos a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), a los contribuyente se le despojó de la escalofriante cifra de 101.500 millones de euros. En esto consistió eso del rescate y la restructuración.
A nivel político, tanto PP como PSOE fueron de la partida. Este último por mano y el primero por envite. Unos y otros dieron carta blanca a un sector que exigía acelerar la centralización de capitales y poner fin a la molesta competencia capitalista y la ingerencia pública, empujando así, una agrupación fagotizadora de entidades financieras.
¡Objetivo conseguido! Ahora, una ingente impresión monetaria ha tapado este cercano pasaje de la historia, empobreciendo a las trabajadoras y trabajadores españoles que tienen menos que comprar. Mientras, las cifras macro aparecen adulteradas para beneplácito de una minoría. He aquí la natural consecuencia inflacionaria provocada por el aumento sin precedentes de la masa monetaria.
Presentadas las cuentas de 2024, asistimos atónitos a un nuevo récord de beneficios de la Gran Banca Española (Sabadell, Caixabanc, Bankinter, Santander y BBVA). Un récord asentado sobre el del curso anterior que también lo fue. Los cinco grandes grupos cerraron el ejercicio con más de 26.000 millones de euros, lo que supone un incremento del 27%.
Estos datos de la Banca se han mostrado con ostentación y asociados a la buena marcha de la economía patria. Lástima que la propiedad de la misma esté en manos de inversores extranjeros (Blackrock, Vanguard o Norges Bank). Solo el 40 % del Banco de Santander es español, lo mismo para el BBVA.
El beneficio se fundamentan técnicamente en la subida de tipos. Son consecuencia de las medidas para combatir el alza generalizada de precios tras la Covid-19. Esto ha provocado un aumento de las cuotas hipotecarias y de los préstamos. Según el Banco de España, la deuda total de la familias españolas a finales de 2023 se encontraba alrededor de 720.00 millones de euros. En este contexto, el impuesto extraordinario asumido por la Banca y anunciado a bombo y platillo por nuestro gobierno socialdemócrata-liberal, lo que ha puesto de manifiesto es que es extraordinariamente ridículo.
Frente a esta realidad en que la Banca es crupier y jugador, en la que la suerte está echada, no queda otra solución para la clase trabajadora que romper la baraja y apostar todo al rojo. El socialismo e la única carta ganadora.
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1 “No tenemos una economía de mercado, sino una de rescate donde las principales entidades pueden tomar los riesgos que deseen porque saben que el contribuyente de a pie le pagará el rescate amigablemente. Es, por así decirlo, una economía de casino” ( Noam Chomsky)
