
Diana Carolina Alfonso (Voz).— Mientras el sionismo amenaza con levantar el cese al fuego, el Movimiento de Resistencia Islámica ha denunciado que Israel sigue impidiendo la entrada de insumos para la reconstrucción de Gaza y continúa hostilizando a la población que se dirige al norte o hacia Rafah, en el sur. Paralelamente, la ocupación ha decidido emplazar el objetivo bélico en Cisjordania. La situación empeora la imagen de la Autoridad Nacional Palestina, ANP.
El acuerdo de alto al fuego firmado en Doha es el mismo que propuso Joe Biden en mayo de 2024 y que se votó en el Consejo de Seguridad en junio de ese año (Resolución 2735). La llegada de Donald Trump al poder fue clave para que Israel, finalmente, aceptara el alto al fuego. Trump, quien busca el Premio Nobel de la Paz, podría consolidar su legado con acuerdos en Ucrania y la ampliación de los Acuerdos de Abraham.
Desde el 7 de octubre, Hamás ha resistido la embestida militar israelí, manteniendo su postura por la liberación de más de 700 prisioneros palestinos, incluidos 275 con cadena perpetua por el asesinato de colonos, y la retirada completa de Israel de Gaza son condiciones no negociables. Estos términos se consolidaron en los acuerdos de mayo de 2024 y enero de 2025, con Qatar, Egipto y Estados Unidos como garantes. El acuerdo exige el desmantelamiento del corredor de Netzarim y el desalojo sionista del corredor de Filadelfia, dos pasillos clave para la seguridad de Israel.
Trump, el inmobiliario; otra estafa más
“Fenomenal, junto al mar, con un clima excelente”, fueron los términos que usó Donald Trump para promocionar su proyecto inmobiliario sobre el territorio arrasado. Las ilusiones del mandatario, si bien generan escozor, dada cuenta de la premeditada actitud de boicot y exterminio contra la población palestina, parecen encubrir otro más de sus embauques. Trump enfrenta serios problemas financieros tras ser multado con 310 millones de dólares por fraude en un caso relacionado con sus empresas inmobiliarias.
Entretanto, desde la articulación sionista republicana se han propuesto varios lugares para las “reubicaciones”, luego de la limpieza étnica sentenciada en la reunión entre Bibi y Trump. Entre los destinos se encuentran Indonesia y Albania, lo que ha generado comparaciones con los planes nazis de trasladar a los judíos a Madagascar antes del Holocausto.
Las cenizas de la OLP
En Cisjordania, la “Operación Muro de Hierro” ha dejado más de cincuenta muertos y cien detenciones, además de desplazar a miles de personas.
El 2 de febrero, Israel destruyó 23 edificios en el campo de refugiados de Jenin, en la mayor demolición en Cisjordania desde 1967, reviviendo el temor entre los residentes, que ven similitudes con lo ocurrido en Gaza durante los últimos quince meses.
A pesar de que la voluntad del pueblo palestino se expresó en las urnas, la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, continuó asumiendo su representación con el apoyo de Estados Unidos, Europa e Israel. Sin embargo, la legitimidad de Hamás y su profunda conexión con la sociedad palestina quedaron demostradas durante las resistencias frente a los intensos ataques israelíes en Gaza en 2008, 2014 y a partir del 7 de octubre de 2023. En Cisjordania, surgieron nuevos grupos de jóvenes combatientes en ciudades como Nablus, Jenin, Tulkarem y Jericó.
El Mossad ha reconocido su infiltración en la OLP, lo que se evidenció en 2010 cuando agentes de Al Fatah colaboraron en el asesinato de Mahmud al Mabhuh, un líder de Hamás en Dubai. Esto refleja las tensiones internas y la colaboración de algunos sectores palestinos con Israel.
La ANP, bajo el gobierno de Mahmud Abbas, mantiene el control en Cisjordania pese a las reiteradas denuncias que indican acciones represivas contra la población. Un caso emblemático es el de Nizar Banat. El youtuber, crítico con la ANP, fue asesinado por veinticinco agentes de seguridad en su hogar.
Otro caso que conmovió la opinión internacional fue el asesinato de Shatha al-Sabbagh de 21 años. La joven aspirante a periodista fue asesinada en un mercado en Jenin. La familia Sabbagh culpó directamente al gobierno cisjordano: “Consideramos que son directamente responsables de este crimen, y afirmamos que esta peligrosa escalada refleja la transformación de las fuerzas de la Autoridad Palestina en herramientas represivas que practican el terrorismo contra su propio pueblo en lugar de proteger su dignidad y enfrentarse a la Ocupación”.
Bezalel Smotrich ha expresado su oposición al acuerdo actual, exigiendo a Netanyahu que se comprometa a reanudar la guerra con mayor intensidad después de una primera fase de tregua. Para Netanyahu, este acuerdo representa una oportunidad para ganar tiempo, fortalecer su posición política con la liberación de algunos prisioneros y adaptarse a las circunstancias cambiantes. Si lo necesita, podría contar con el apoyo de la oposición para mantener el alto al fuego o, en su defecto, encontrar justificaciones para reiniciar el conflicto.
Con el debilitamiento del Eje de la Resistencia, el aislamiento de Hamás y la reducción de la influencia de Hezbolá, Trump pretende reactivar el proceso de normalización con Arabia Saudí y respaldar las posibles anexiones israelíes en Cisjordania, bajo su enfoque de “paz mediante la fuerza”.