Fue en el Congreso de la Liga de los Comunistas, celebrado en Londres, en noviembre de 1847, cuando se encomendó a Karl Marx y a Friedrich Engels la elaboración de un programa del Partido. A la tarea se pusieron ambos filósofos alemanes exiliados, y lo hicieron como con todo lo que hacían: con gran devoción, además de eficacia.
Culminado su trabajo teórico, con la ayuda de Jenny Von Westphalen, compañera de Marx, el 21 de febrero de 1848 los dos jóvenes autores del texto imprimieron en una pequeña imprenta de Bishopsgate (Londres) la primera edición del libro que, casi de inmediato, se convirtió en uno de los textos más importantes de la historia: El Manifiesto Comunista.
Con la declaración abierta de la intención de cambiar al mundo, destruyendo el poder de la burguesía, sus páginas albergan la propuesta y guía para llevar a cabo la liberación de la clase trabajadora. El texto muestra las condiciones desiguales de propiedad y producción en la sociedad, así como la necesidad y posibilidad de cambiarla construyendo un mundo libre, donde las clases sociales dejen de existir, y por ende los explotadores.
Además de denunciar la brutal explotación que ejerce la clase dominante sobre la clase explotada, Marx y Engels enfrentaron, ya entonces, la difamación del comunismo por parte de la burguesía. Y es que, como subrayan en el inicio del texto, “Un fantasma recorre Europa [en realidad el mundo: el fantasma del comunismo”. Y a ese fantasma le temían los explotadores (por eso lo combatían), y aún, en nuestros días, le siguen teniendo pánico.
Como no podía ser de otra manera, Karl Marx y Friedrich Engels llaman a la unidad del proletariado de todo el mundo, como premisa indispensable para llevar a cabo el legítimo anhelo liberador de la clase trabajadora. Y subrayan que “las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista”, mientras que “los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas”.
El Manifiesto Comunista cumple 177 años manteniendo intacta su plena vigencia. Su lectura y estudio es ejercicio indispensable para todas las personas que, en verdad, quieran cambiar el mundo.
(Baraguá / @maceobaragua)