1. La guerra de la OTAN contra Rusia por intermediación de Ucrania empezó bajo el intento de abarcar tres objetivos:
- Parar la subida del Mundo Emergente liderado por China y Rusia, atacando al eslabón más débil económicamente, hasta el punto de provocar un cambio a un régimen subordinado al Eje Anglosajón-OTAN.
- Dejar las enormes riquezas rusas disponibles para un nuevo saqueo.
- Impedir la consolidación de Eurasia (auténtica obsesión del Eje Anglosajón desde 1700).
2. Rusia ha ganado la guerra a la OTAN librada en Ucrania
Rusia se ha fortalecido geoestratégicamente como un actor mundial de primera línea, ineludible en cualquier consideración geoestratégica de alcance global. Algo que parecería difícil después de la estrepitosa caída de la URSS.
“El triunfo de la Federación rusa frente a 32 países de la OTAN liderados por EEUU supone un cambio de época. Occidente deberá asumir la derrota y adaptarse a la emergencia de los BRICS, negociar con el Sur Global y aceptar el poderío económico del sudeste asiático.” (Jorge Elbaum Victoria rusa, capitulación occidental).
Si bien, esa victoria tiene algunos “peros”. El Eje Anglosajón ha conseguido aislar aún más a Rusia de Europa, rompiendo los puentes de Eurasia. El asedio económico y político que sufre Rusia continúa de momento, a la espera de las decisiones de Trump sobre las sanciones a ese país.
3. El triunfo de Rusia sobre la OTAN marca el principio del fin de la unilateralidad, esto es, de 500 años de Imperio Occidental como dueño del mundo.
Eso quiere decir que se está produciendo un terremoto político y geoestratégico, donde todos los actores estatales y sociales deben posicionarse de nuevo. De momento, EE.UU. con Trump acepta de facto la Multilateralidad y lo que intenta es tener un lugar preeminente dentro de ella, que le permita al menos seguir succionando parte de la riqueza mundial en bienes, dinero y recursos.
4. La derrota de la OTAN tiene consecuencias de gran calado:
a. El futuro de esta organización que tanto terror ha causado en el mundo queda en el aire. Es previsible que las tensiones entre los miembros europeos aumenten. Resulta incierto el (¿nuevo?) papel que asumirá la OTAN en lo venidero, con qué miembros y para qué o contra quién seguirá existiendo de aquí a un tiempo.
b. Europa empieza su tortuoso camino hacia los márgenes del Nuevo Orden Mundial. Queda ya relegada a un segundo plano. El propio futuro de la UE se percibe cada vez más inestable, si siquiera viable.
c. Lo que están barajando los líderes europeos (y sus jefes de la clase capitalista) que proclaman querer seguir con la guerra a toda costa (aumentando al 3% el presupuesto bélico a costa de la atención a sus poblaciones), es qué les va a quedar a ellos de toda esta fracasada aventura bélica contra Rusia, dado que Trump ya tiene claro que él se apropia de las riquezas de Ucrania. Por eso patalean contra los posibles acuerdos Rusia-USA.
5. Por su parte, USA queda como “hegemón” parcial, ya sólo de “Occidente”, y si bien ha sometido del todo a Europa hasta mantenerla en una condición prácticamente servil, le falta terminar de hacer lo mismo con el continente americano. Brasil se perfila como principal elemento a “disciplinar” dado que EE.UU. no quiere una punta de lanza de los BRICS en el que considera “su” territorio (América), y una vez desbaratada la participación en los BRICS de Argentina, la posición y el papel de Brasil resultan claves.
Con los Estados díscolos americanos Trump da la impresión de apuntar dos actitudes diferentes:
- Con quienes tienen recursos parece estar dispuesto a negociar si la resistencia es fuerte (Venezuela) o a desestabilizar del todo, cuando esa resistencia está debilitada (Bolivia).
- Con quienes no tienen riquezas que ofrecer, intensificar su estrangulamiento (Cuba). Nicaragua no sólo está en este campo, sino que además es objetivo claro por el proyecto chino del canal transoceánico en su territorio (probablemente se intensificarán los ataques contra este país).
6. Como ‘hegemón’ de Occidente dentro del Nuevo Orden, USA busca el control de las comunicaciones marítimas del hemisferio occidental: Canadá, Groenlandia, Panamá, (Nicaragua), Cono Sur americano… Recursos y control de los mares de esa parte del mundo son prioritarios para la nueva estrategia estadounidense y su plegamiento o resignación a tener que empezar a ceder parte del dominio mundial.
7. Las viejas instituciones globales dejan de ser útiles para el Nuevo Orden, al menos en su formato actual, como Trump (EE.UU. en realidad desde hace tiempo y la OTAN con su ente sionista) está dejando bien claro. Es probable que pronto comience a perfilarse una nueva institucionalidad.
8. De hecho, se habla de que Rusia y EE.UU. pueden estar preparando una nueva Yalta (otra vez sin Europa), para determinar sus zonas de influencia mundiales. Obviamente, cuando se menciona a Rusia detrás está China y, en conjunto, esa concepto nada claro ni en sus principios ni en sus consecuencias, que se designa como “la Multilateralidad” (como estado de cosas) o «el Multilateralismo» (como proyecto politico con implicaciones estratégicas buscadas) . Ante ello dos consideraciones:
a. Será decisivo el papel que adopte Rusia en adelante respecto de esa Multilateralidad, ante los intentos de EE.UU. de atraerla hacia sí. En las nuevas circunstancias tendrá que dirimir su tradicional tensión entre Occidente y Oriente, lo cual no le resultará nada fácil en las actuales relaciones de poder internas. También veremos hasta dónde llegará en las nuevas condiciones (sobre todo, de consolidarse éstas) su apoyo a las experiencias que desafían al Imperio Occidental en África, América y Asia.
b. La Multilateralidad por sí misma no significa gran cosa respecto de la emancipación de la humanidad, como hasta las acciones de China y su falta de internacionalismo vienen demostrando por ahora. La mayor parte de los países que forman parte hoy en los BRICS no anuncian ningún futuro mejor ni para sus poblaciones ni para la humanidad en su conjunto (El multilateralismo: ¿sólo una cuestión económica).
La Multipolaridad, o el Multilateralismo, solamente posibilita dejar de seguir el “camino único” hacia el desastre, abre una bifurcación de vías que permite más posibilidades para que las luchas de clase y las luchas de liberación nacional en cada lugar aprovechen la oportunidad para la superación del capitalismo. Tan sólo eso. Y quizás tanto.
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Postdata: Como quiera que China se convierte cada vez más explícitamente en el objetivo prioritario a batir por parte de EE.UU., algo prácticamente imposible de alcanzar en el plano económico, es de esperar que se vaya acentuando el hostigamiento militar, al menos o sobre todo, el indirecto, a través de intermediarios. Eso obligará a China a hacer también más explícita su posición y su papel mundial respecto de las cuestiones vitales para la humanidad (¿del tipo de las recogidas aquí: Valores comunes de toda la humanidad: una visión china para el mundo | Misión Verdad?).
De la evolución del socialismo chino dependerán en buena medida, durante las próxima décadas, las posibilidades que se nos abran como especie de superación del capitalismo, es decir, de tener futuro. Y de conseguirlo, de dejar atrás la prehistoria de la humanidad, para empezar la de su desarrollo integral común.
Qué diferencia entre estar ante «el final de la historia» o del de la prehistoria, ¿verdad?
- Andrés Piqueras es profesor de la Universidad Jaume I
(Observatorio Crisis)