Al intervenir desde el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno, en el acto por el aniversario 36 del levantamiento popular del 27 de febrero de 1989, conocido como El Caracazo, el gobernante remarcó que el “desarrollo no depende de los gringos, sino del trabajo”.
“Que nadie se deje confundir, si los gringos hicieran algún día un dialogo respetuoso, lo haríamos sin problema, pero si quieren continuar su camino de apostar a la violencia, allá ellos, nosotros seguiremos por el camino de la paz y la armonía”, expresó.
El mandatario dijo no jugar con “cartas escondidas y por eso siempre ganamos porque jugamos con la verdad y la fuerza de David, y la fuerza de Maduro, que es el David del siglo XXI, es la fuerza de Dios y del pueblo bolivariano”.
“¡Que nadie se llame a engaño, carajo!, la libertad no la rogamos, no la pedimos, la conquistamos luchando, con la verdad, con patriotismo y heroísmo”, enfatizó.
Refirió que no nació el día de los cobardes y ni de los chantajeables, “no soy chantajeable por nadie, tengo una solo cara y el que quiera hablar conmigo cara a cara, con respeto e igualdad, igual, porque soy hijo de Chávez, de Bolívar y de este pueblo heroico”.
“¡Y no me le rajo a nadie, no me rindo a nadie” y solo obedezco al pueblo soberano de esta Venezuela heroica”, acentuó.
Maduro manifestó que si no los conocen, “hagan el intento de conocernos”, porque por las buenas, somos muy buenos y por las malas “somos guerreros temibles”.
Aseguró que si algún día la oligarquía fascista de los apellidos intentara imponer en Venezuela por la vía del apoyo imperialista y la violencia, un régimen de colonialismo económico y político, lo que “vimos hace 36 años se multiplicaría por mil”.
Habría mil 27 de febreros contra la oligarquía y el imperialismo, y ahora sería un pueblo organizado.
Citó al comandante Chávez cuando dijo “más nunca violencia” y afirmó que Venezuela conquistó y debe cuidar y preservar la paz, la armonía, la estabilidad y porque “somos un pueblo de paz, paz y paz, y la vamos a defender”, apostilló.
El presidente recalcó que frente a cualquier circunstancia “nervios de acero, calma y cordura, y máxima movilización y fusión popular, militar y policial, siempre”.
En su discurso, el dignatario mencionó las prioridades de las grandes tareas en desarrollo y entre ellas aludió a la consolidación del poder en los territorios de los cinco mil 388 circuitos comunales, los cuales deben avanzar en su consolidación organizativa, política y gubernamental.
