Laura Mercedes Giráldez (Granma).— «¡Por favor, doctora, salve a mi bebé, que es lo único que tengo!», rogaba. Su rostro compungido no podía mostrar mayor desesperación. No existe muerte en vida más cruel que el dolor de una madre cuando ve a su hijo inmóvil entre sus brazos.
No encontraba justificación ni consuelo para que su pequeña, de solo dos años, quedase ciega y muda. Sus piececitos regordetes tampoco funcionaban. «Meses atrás, una resonancia había mostrado que la niña tenía una hemiplejia izquierda. En la clínica le indicaron varios estudios; pero no contaban con la solvencia económica necesaria».
Entonces, la madre decidió dejar la vida de su hija en manos de la Misión Médica Cubana. La licenciada en Rehabilitación, Linda Caridad Hardy, recibió el caso en el estado Zulia.
«Fue impactante y novedoso, porque pude hacer un trabajo de neurorehabilitación en terapia ocupacional a una bebé. Aun sin antecedentes patológicos personales, como factor de riesgo identificamos que provenía de una familia altamente disfuncional, y que estuvo presente en varias discusiones entre los padres. En septiembre sufrió un estatus convulsivo, y fue ingresada. El 4 de noviembre llegó su mamá llorando a nuestra institución», recuerda.
«Lo sentí como un trabajo personal, advierte, ya que dediqué hasta mis domingos a ayudarla. Debía familiarizarla con mi voz, para que confiase cuando le diese las indicaciones durante la rehabilitación. En menos de dos meses logró caminar, recuperó la visión y el habla. A partir de esa experiencia, en el estado se decidió realizar talleres para que las madres puedan identificar anomalías en sus bebés».
CRECER JUNTOS, BARRIO ADENTRO
Sobre el impacto en la población de la labor asistencial de la Misión Médica Cubana en Venezuela (mmcv), la vicejefa integral de la brigada de la Isla, Annery Luis Martínez, significó que, durante los 22 años de cooperación, se han realizado alrededor de
1 600 000 000 consultas. «En este mes –precisó– arribaremos a los
4 000 000 de cirugías, de ellas,
1 200 000 relacionadas con la Misión Milagro, lo cual le ha permitido recuperar la visión a más de 215 000 pacientes».
«Estamos presentes, además, en un grupo de instituciones desde el nivel primario de salud, como los consultorios populares, así como en los Centros de Diagnóstico Integral (cdi), los Centros de Alta Tecnología (cat) y las Salas de Rehabilitación Integral (sri). También apoyamos varios programas de Gobierno».
En ese sentido, la galeno remarca que «la Salud Pública en este país se encontraba muy deteriorada antes del arribo de la misión médica cubana. Un 60 % no tenía acceso a los servicios de salud».
Por su parte, la doctora Daling Marín, presidenta de la Fundación Misión Barrio Adentro, asegura que «Juntos hemos crecido y atendido a millones de venezolanos, y salvado numerosas vidas a través de los principios de promoción, prevención, curación y rehabilitación. Juntos enfrentamos bloqueo, intervencionismo y sanciones, y logramos innovar y ser mejores. Porque Barrio Adentro no se ha quedado en el tiempo, sino que ha trascendido y la solidaridad entre las dos naciones ha resultado en honor, dignidad, millones de vidas salvadas, y en la construcción de un Sistema Público Nacional de Salud poderoso y sólido».
Y apunta, asimismo, que se han logrado «consolidar equipos de trabajo mixto, dedicados a atender a la población a través del casa a casa, la dispensarización, en los 572 cdi, 570 sri y 35 cat».
Precisamente, entre las ideas fundacionales de Barrio Adentro está la creación de programas dirigidos a la población más vulnerable, de manera que se garantice «una atención gratuita de alto nivel».
El doctor Omar Cuberos, director nacional de Neurocirugía, de la Fundación Misión Barrio Adentro, afirma que se están reimpulsando las cirugías de alta complejidad en los cdi; «para lo cual contamos con el apoyo cubano. Hemos logrado una cohesión, como parte de esta estrategia, que ayudará a una gran cantidad de pacientes. Apostamos a la unión, así como a la formación y capacitación de los médicos venezolanos, con la ayuda de los hermanos de la Isla».
LA OTRA HISTORIA
Sin embargo, es otra la versión que se le cuenta al mundo sobre la labor de los profesionales cubanos de la salud, como parte de la cooperación médica en el exterior. Con la realidad manejada a su favor, el secretario de Estado de ee. uu., Marco Rubio, anunció que su país ampliará la política de restricción de visados relacionados con Cuba hacia quienes estén asociados a los acuerdos de colaboración médica internacional. Esta es una sanción más para la extensa lista de las medidas coercitivas unilaterales contra la nación caribeña.
Lo que no tienen en cuenta los agresores son las historias que, desde adentro, cuentan los profesionales cubanos. Yurizán Betancourt Curbelo, enfermera intensivista en el Centro de Salud Integral Salvador Allende, expresa que, para ella, «ha sido un orgullo prestar atención al pueblo venezolano», y formar parte de la relación recíproca de aprendizaje que caracteriza esta labor.
«Es una experiencia de sacrificio, abnegación, que te nutre y te ayuda a crecer como profesional. Es una misión de amistad, gratitud, solidaridad, y de referencia ante los demás países del mundo».
Por otra parte, el doctor Yusleivy Martínez Carmona, jefe de la misión médica cubana manifiesta que, a pesar de las sanciones, Cuba va a seguir velando por la salud de este pueblo, con los más de 13 000 colaboradores que se encuentran hoy en el país, pues «como bien se denomina –Barrio Adentro– se trata de una labor hacia las comunidades».
En ese sentido, explica que existen más de 554 cooperantes en zonas de difícil acceso. «Además, tenemos dos brigadas encima de la franja del Río Orinoco. Recientemente hicimos allí una visita, acompañados por la dirección de la Fundación Barrio Adentro, para intercambiar acerca de la mejoría de la condiciones de vida y de trabajo en esos sitios tan apartados». Se trata, ratifica, de una preocupación incesante, para cada día optimizarlas.
«Trasladamos al mundo amor; paz; médicos y no bombas, como dijo Fidel. Y eso es palpable. No salimos a atacar ni a hacer daño, sino a crear compromisos de solidaridad con los demás pueblos», subraya.
«El pueblo venezolano se siente seguro –afirma Darling Marín– porque tiene cerca un médico, un enfermero, un especialista de la salud. Y eso es también parte de lo que se ha logrado en 22 años de trabajo unido. Nos hemos hecho más humanos gracias a Cuba».