Personas de todas las edades han sido atendidas con mareos, dolores articulares y estomacales, reportó el canal Ecuavisa.
Entretanto, ciudadanos de los municipios de Esmeraldas, Rioverde y Atacames denuncian que el agua entregada por el gobierno ecuatoriano está contaminada y acusan a Petroecuador de enviar el líquido vital en camiones cisterna que previamente transportaron combustible.
Por eso señalan que el agua presenta residuos oleosos, aspecto turbio y una textura aceitosa, lo cual ponen en riesgo la salud de quienes ya vieron contaminadas las fuentes hídricas de la región.
Declaraciones de Lendy Bennett, gerente de la Empresa Pública Mancomunada de Agua Potable y Saneamiento, circulan en la prensa local, pues él confirmó que el agua entregada no es apta para el consumo humano.
“Ni con tres mil tanqueros diarios se solucionará el problema”, señaló Bennett, que reclamó medidas urgentes y definitivas.
La víspera,Ronal Moreno, alcalde de Quinindé, otra de las localidades afectadas, lamentó que el 75 por ciento de la población de su demarcación presenta problemas respiratorios, el 20 por ciento sufre afecciones en la piel y el 5 por ciento reporta trastornos digestivos.
“En el lugar no se puede ni respirar”, advirtió, pidiendo acciones inmediatas del gobierno para enfrentar la emergencia.
El pasado jueves 13 de marzo en la noche, las lluvias provocaron una rotura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), operado por la estatal Petroecuador, en esa zona con costa al océano Pacífico y frontera con Colombia.
Además de los camiones, buques de la Armada ecuatoriana comenzaron a llevar agua potable a las más de 500 mil personas que quedaron sin acceso al líquido vital por la contaminación de más de 80 kilómetros de ríos, un desastre ambiental que causó estragos en la flora y la fauna local.
El Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, llamó a voluntarios a ayudar en tareas de limpieza y restauración del Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario Río Esmeraldas, cuya cobertura vegetal del ecosistema manglar, así como la fauna y los sedimentos acuáticos sufrieron daños.
A su vez, la contaminación paralizó la actividad pesquera y la agricultura, fuentes de ingresos en la región esmeraldeña junto al turismo.
Los técnicos y trabajadores de Petroecuador prosiguen lentamente los trabajos de recolección del crudo derramado y en la reparación del oleoducto, algo necesario para recuperar el bombeo y no afectar a las exportaciones de petróleo.