Sebastián Ochoa (Sputnik).— El Gobierno de Luis Arce declaró al país en «emergencia nacional» por las lluvias que caen intensamente desde octubre de 2024, las cuales hasta el momento causaron 51 muertes por inundaciones y afectaron a 380.000 familias en los nueve departamentos.
Desde los municipios exigieron a la Asamblea Legislativa Plurinacional que viabilice varios créditos internacionales que descansan allí desde hace más de dos años y que ahora servirían para enfrentar los daños, también para encarar las tareas de reconstrucción de casas, comunidades y carreteras.
«En vista de todo lo que está ocurriendo y que ha sido ampliamente cubierto por los medios de comunicación, estos desastres naturales nos exigen declarar la situación de emergencia nacional. Hoy emitimos el decreto supremo correspondiente que permitirá agilizar la respuesta de todos los involucrados en la tarea de mitigar los daños», dijo el presidente Arce en la Casa Grande del Pueblo, rodeado de sus ministros.
La declaratoria de emergencia nacional «va a permitir agilizar la respuesta a los daños, gestionar recursos, movilizar mayores recursos a los lugares afectados, así como elaborar el plan post inundaciones, dado que la afectación es a los nueve departamentos», dijo el presidente.
Agregó que hay 209 municipios afectados (sobre un total de 340) y 2.596 casas dañadas. «Este año tenemos 818 viviendas destruidas que vamos a tener que reconstruir, tenemos 51 fallecidos en el país y ocho personas desaparecidas. Son 29 unidades educativas afectadas por inundaciones», informó el mandatario.
«Tengan la seguridad de que el Gobierno nacional está trabajando y va a seguir trabajando para resolver los problemas de muchas familias, que lamentablemente hoy enfrentan estos desastres naturales, que no son atribuibles a nadie, sino a la naturaleza. El Gobierno nacional está respondiendo como corresponde», sostuvo el mandatario.

Lluvias desmedidas
Por lo general, la temporada de lluvias más intensas se desarrolla entre noviembre y febrero de cada año. Pero este 2025 se extendieron en tiempo y en cantidad de precipitaciones.
«Estas lluvias, de acuerdo a los informes que tenemos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), no se han registrado en el país hace más de 40 años. Por lo tanto, estamos atravesando realmente una situación muy complicada», aseguró Arce.
Amplias extensiones de la región andina están inundadas. Parte de las precipitaciones descienden desde estas montañas hacia las tierras bajas a través de diversos ríos, fundamentalmente de la Amazonía boliviana.
Magalí Tipuni es presidenta del Consejo Regional Tsimán Mosetén (CRTM) de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Pilón Lajas, una de las regiones más afectadas por las inundaciones. En diálogo con Sputnik, contó que «nuestras comunidades han sido gravemente dañadas, también los sembradíos. Los caminos y los puentes rústicos que teníamos se los ha llevado el río».
Pilón Lajas cuenta con 400.000 hectáreas, donde viven 23 comunidades de los pueblos Tsimán, Mosetén y Tacana.
Tipuni relató que actualmente no se tiene contacto con cuatro comunidades cubiertas por las aguas. En todo el territorio viven 675 familias, de las cuales 400 están afectadas por las inundaciones.
«Vivimos de la agricultura, pero se arruinaron nuestras plantaciones de yuca, plátano, arroz y maíz. En algunos lugares el agua nos llega a la cintura y esos sembradíos ya se están pudriendo», dijo la dirigente del pueblo Tacana.
Comentó que «nuestra única fuente de ingresos está en la pequeña agricultura que hacemos para la subsistencia de las familias en el territorio», por lo cual les espera un año muy duro aun cuando se vayan las aguas.
Las comunidades más afectadas estaban junto al río Quiquibey. Actualmente, varias de ellas, como Asunción de Quiquibey y San Bernardo, se están trasladando más adentro en la selva, porque la fuerza del caudal se tragó las orillas y socavó las tierras comunales.
Una ayuda urgente
Tipuni se mostró esperanzada en que la declaratoria de emergencia nacional sirva para aliviar la situación de las familias indígenas: «Esperamos que el Gobierno nacional pueda destinar recursos para reconstruir nuestras comunidades, para que las familias reciban el apoyo necesario ahora que perdieron sus sembradíos».
Y comentó: «La necesidad ahorita en la TCO pasa por el tema de la salud y la alimentación, porque el hambre de los niños no espera. Pedimos a las autoridades que nos puedan asistir».
Días atrás, la Asamblea Legislativa aprobó un crédito internacional de 75 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Hay otros 250 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la espera de que los legisladores sesionen y validen su ingreso al país.
«Si realmente dependemos de esos créditos, pues los asambleístas tendrían que aprobarlos, porque necesitamos que se utilicen los recursos para atender este desastre. Tendrían que hacer su trabajo como corresponde y velar por los territorios afectados», evaluó la presidenta del CRTM.
La situación en los Andes
Beimar Cruz cultiva quinua en cercanías del salar de Uyuni, en el departamento de Potosí. Desde enero pasado hay varias partes de este atractivo turístico inundadas, también fueron afectadas algunas comunidades de la zona.
«Hace una semana se calmaron las lluvias, lo cual es bueno para la producción, porque las tierras van a estar húmedas para la siguiente siembra», dijo Cruz a Sputnik.
Si bien en poblaciones cercanas el desborde de ríos se llevó partes de carreteras, casas de adobe y cultivos, las tierras de Cruz se mantuvieron indemnes.
El campesino, quien fue dirigente de la Federación Regional Única de Trabajadores y Campesinos del Altiplano Sur (FRUTCAS), consideró que con la declaratoria de emergencia debería llegar ayuda a las poblaciones afectadas.
Relató que las fuertes lluvias provocaron la pérdida de una parte de los cultivos de quinua, que no requiere una gran cantidad de agua para crecer: «Ha empezado a brotarse la quinua y se pierden los granos, porque no necesita una lluvia prolongada para madurar».
Atención coordinada
El Senamhi indicó que las lluvias continuarán hasta abril próximo. El presidente Arce convocó para el 31 de marzo al Consejo Nacional de Autonomías (CNA), compuesto por autoridades del Gobierno nacional, de los gobiernos departamentales, alcaldes municipales y líderes de territorios indígenas.
En la ciudad de La Paz evaluarán los daños y coordinarán la respuesta a las poblaciones inundadas.
«En este momento difícil queremos expresar nuestra solidaridad a todas las familias que están sufriendo las consecuencias de estas inundaciones y eventos adversos. Conocemos las dificultades que representa enfrentar estas circunstancias y queremos que sientan nuestro apoyo incondicional. ¡No están solos, juntos saldremos adelante!», escribió Arce en sus redes sociales.