
Yeilén Delgado Calvo (Granma).— Establecido el consenso en torno a que lo primero que hay que salvar es la cultura, se impone la pregunta: ¿cómo hacerlo? A partir de esa interrogante y del compromiso de un sector que –al decir del miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz– ha sido «pilar de la resistencia cultural y política de la Revolución», se articuló el balance del trabajo realizado por el Ministerio de Cultura en el año 2024.
Presidido por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el análisis se insistió en prioridades como estimular la creación artística y literaria con sentido descolonizador; asegurar la protección del patrimonio y la preservación de la memoria histórica; así como fomentar la participación de todos los segmentos de la población en las actividades culturales.
Asimismo, fueron remarcados el uso de la ciencia, la técnica y la innovación; la formación integral de los estudiantes de la enseñanza artística; la eficiencia de la gestión económica, financiera y administrativa; y el desarrollo de capacidades para gestionar ingresos.
El ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, abordó la necesidad de que la programación del talento artístico responda a la política cultural del país, tanto a nivel nacional como en cada territorio, y en los centros estatales y privados; y se vele, con rigor, por su calidad.
También dijo que, si bien se ha avanzado en mayores espacios de diálogo con los creadores, se precisa profundizar ese intercambio; y aunarlos en una permanente vindicación de Cuba para, además de enfrentar la colonización cultural, luchar contra el fascismo.
En el balance se aseguró, de igual forma, que desde la institucionalidad no se puede estar de espaldas a las expresiones artísticas que han surgido aparejadas a las nuevas tecnologías, sino atenderlas; y que la batalla no puede ser contra un fenómeno determinado, sino frente a la indecencia, la discriminación y la vulgaridad.
El espacio comunitario como epicentro de la cultura fue defendido con fuerza: llevar el talento profesional hasta los barrios, y asegurar que todos los grandes eventos incluyan actividades en las comunidades, con presencia de profesores y estudiantes de la enseñanza artística, estuvieron entre las claves compartidas.
El presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, explicó que estamos abocados a una batalla de las ideas y de los sentimientos; y, por ende, es insoslayable crear un clima crítico frente a toda concesión al colonialismo cultural. Por fortuna, tenemos a Martí y a Fidel, cuyos legados nos impedirán caer en un nacionalismo extremo, porque Patria es también humanidad, afirmó.
En el encuentro, al que también asistieron la vicejefa del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, Marydé Fernández López, y la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh, Marrero Cruz reconoció el esfuerzo de los escritores, artistas y trabajadores del sector para preservar la identidad y reforzar la cohesión social, así como poner la cultura en alto, manteniéndola viva y en desarrollo; e hizo hincapié en aspectos como la protección legal y financiera a los artistas, la vigilancia en el cuidado del patrimonio, y el apoyo a la enseñanza de la historia.