El rearme europeo ni será rearme, ni tampoco será europeo porque es imposible poner de acuerdo a los 27 socios ni siquiera en los aspectos fundamentales. Alemania, por ejemplo, ya ha empezado a poner pegas a un proyecto fundamental, el Iris2, la Infraestructura para la Resiliencia, Interconectividad y Seguridad vía Satélite.
Es un paso fundamental destinado garantizar la autonomía estratégica en el ámbito de las comunicaciones seguras y a proporcionar conectividad de alta velocidad en todo el mundo. Ahora el gobierno de Berlín quiere lanzar su propia constelación de satélites para sus actividades militares.
Con el pretexto de Iris2 la Comisión Europea quería impulsar la industria espacial europea, bajo la dirección del consorcio SpaceRISE, formado por empresas como Hispasat, SES y Eutelsat, junto a socios como Airbus, Thales y Deutsche Telekom, que se embolsarían 6.000 millones de euros.
Alemania es uno de los mayores inversores en el sector espacial europeo y ha expresado dudas sobre el alto coste de Iris2. Argumenta que los fondos podrían destinarse a otras prioridades, aunque en realidad, las pegas proceden de que ellos ya están desarrollando su propio sistema de satélites seguro (SATCOMBw 3) para uso militar.
El proyecto Iris2 contaba con lanzar 290 satélites a diferentes órbitas, con la posibilidad de dar servicio a gobiernos, ejércitos y empresas privadas. Era la competencia de grandes constelaciones como Starlink o el proyecto Kuiper de Amazon.
Además de comunicaciones, Iris2 cumpliría funciones de vigilancia espacial, gestión de crisis, protección de infraestructuras críticas y detección de amenazas, como barcos espías.
El presupuesto de Iris2 estaba por encima de los 10.000 millones de euros, de los que un 60 por cien procedería de fondos públicos de la Unión Europea y la Agencia Espacial Europea, y el resto del sector privado.
Como es característico de estos cuentos de la lechera, los plazos no se cumplen nunca porque se hacen para salir en los telediarios. Inicialmente se esperaba que Iris2 estuviera operativo en 2027 pero, como ya explicamos, las lanzaderas apenas han empezado a funcionar este mismo año, así que el proyecto se retrasó dos años más, lo cual significa siempre más dinero.
El fabricante español de minilanzaderas PLD Space ya se ha embolsado mil millones de euros y espera comenzar con el Miura 5 a principios del año que viene.
En abril del año pasado, Robert Habeck, el ministro de Economía, empezó a poner pegas, diciendo que era demasiado costoso y que el reparto de los fondos entre las empresas francesas y alemanas no era equitativo. Pidió retrasar el proyecto para replantearlo.
A pesar de ello, en diciembre se firmó un contrato entre la Comisión Europea, la Agencia Espacial Europea y el consorcio SpaceRISE, que incluye empresas alemanas como Deutsche Telekom y OHB.