
Regresa el miércoles. No es casual que ese día inicie con la letra de m, de movilización. Una Movilización que jubilados y jubiladas han hecho mayúscula, semana tras semana, cual motor de arranque, en la República de la Argentina. Mientras Javier Milei prosigue con sus políticas de ajuste y destrucción en la nación sudamericana, las cámaras registran un reclamo masivo en las inmediaciones del Congreso. Se trata de una lucha social común.
Tal parece que la Policía permanece intacta. Los guardias de la Bullrich lucen inmóviles detrás del enorme vallado alrededor del Palacio, de la avenida Rivadavia. Y aunque predomina la paz, ante la ausencia de los gases y los palos federales, la violencia se hace presente. La Comisión Provincial por la Memoria reporta que «una jubilada fue empujada por una mujer policía, lo que le generó lastimaduras en su antebrazo».
En medio de ese contexto, jubilados como Ricardo, de 74 años, lograron avanzar mucho más que las ocasiones anteriores. Con una enorme máscara de gas en el rostro, cual símbolo de resistencia, se le vio por la sede del Congreso. Y en vez de recibir golpes, esta vez le tomaron fotos.
Con el apoyo de las columnas de los gremios de la Central General de Trabajadores (CGT) y organizaciones sociales y gremiales, la fuerza que protesta cada miércoles se ratificó como la vanguardia contra la motosierra, en busca de pensiones justas.
Bajo una bandera roja, la columna de los Jubilados Insurgentes corearon a viva voz: «qué lo vengan a ver/ qué lo vengan a ver/ los jubilados le enseñan cómo luchar a la CGT». En medio de una protesta, matizada por la algarabía que produce el apoyo popular, los manifestantes patentizaron la continuidad de la lucha. «Nada me va a vencer contra este Gobierno, que está gobernando para el círculo rojo, para los que tienen plata, no para los pobres», dice uno de los manifestantes.
En tanto, otro revela que, a sus 76 años, cobra 320.000 pesos que no le alcanzan para nada. «Si no fuera por mis hijos y mi señora (…) no sé qué haría de mi vida», reconoce. Pero no insiste en que la lucha continúa y que siempre será parte de ella: «muerto antes que vencido», aclara.
Con la fuerza del reclamo justo, jubilados y jubiladas, los protagonistas de los miércoles argentinos, formaron una suerte de «U» alrededor del Congreso. Dijeron aquí estamos, con la convicción de que cada vez serán más. «Acá se está formando un punto de encuentro para muchas cosas que van a pasar a futuro. Esto es el inicio», declararon la víspera.
«¿Qué es lo que van a hacer con nosotros (los jubilados)? ¿Qué es lo que está buscando esta gente (el Gobierno)?» «¿A dónde vamos a ir a parar?» Cuando se escriba la historia reciente de la Argentina habrá que anotar estas cuestiones a pie de página.