

«Funcionarios europeos descartaron la idea de imponer una prohibición a las importaciones de gas natural licuado ruso del bloque en los próximos paquetes [de sanciones] debido a la resistencia de algunos Gobiernos y a la incertidumbre sobre fuentes alternativas», señala la publicación.
La agencia agrega que la Comisión Europea pretende, en cambio, elaborar para mayo una nueva hoja de ruta para «poner fin a la dependencia de los recursos energéticos rusos» para 2027. Al mismo tiempo, el organismo está preparando el 17.º paquete de sanciones contra Moscú para junio, pero se indica que los trabajos al respecto avanzan a un ritmo lento.
El medio sostiene que los funcionarios europeos quieren aprovechar el deseo de Estados Unidos de ampliar las exportaciones de gas a la UE para negociar una reducción de los aranceles estadounidenses, aunque todavía se desconocen las exigencias de Washington.
La Comisión Europea está preocupada por la pérdida de GNL ruso, ya que las restricciones reducirán su poder de negociación, de acuerdo con uno de los interlocutores de la agencia. Asimismo, la comunidad teme caer en la dependencia de Washington, que es el tercer proveedor de este combustible de la UE.
Los precios del gas en la UE subieron tras expirar un acuerdo para el tránsito del gas ruso a Europa a través de Ucrania. La Kiev oficial ha rechazado la posibilidad de prorrogar este convenio, incluso con compras por terceros países. Como consecuencia, la estatal gasística rusa Gazprom dejó de bombear a partir del 1 de enero, subrayando que había perdido la posibilidad técnica y legal de hacerlo.
La compañía suministró unos 15.000 millones de metros cúbicos de combustible a través de esta vía en 2024, lo que suponía el 4,5% del consumo total de la Unión Europea. En la actualidad, la única fuente de gas ruso por gasoducto para los europeos sigue siendo el Balkan Stream, que toma combustible del Turkish Stream. Cada año pasan por esta ruta entre 14.000 y 15.000 millones de metros cúbicos.
Por su parte, Moscú ha señalado en repetidas ocasiones que nunca se ha negado a vender sus recursos energéticos a Europa y, en general, a la cooperación económica con el continente, que se vio interrumpida por la imposición de una serie de sanciones sin precedentes contra el país euroasiático por parte de Occidente. Estas medidas subrayaron en Rusia, no solo no han logrado hundir la economía rusa, sino que, por el contrario, han golpeado las economías de varios países europeos, contribuyendo a la recesión y rebajando el nivel de vida de sus habitantes.