El New York Times informó que China posee un «arma secreta» en su guerra comercial con Estados Unidos: «un ejército de robots fabriles, impulsados por inteligencia artificial, que han revolucionado el sector manufacturero».
A medida que las fábricas en toda China «se automatizan a un ritmo rápido, con ingenieros y electricistas supervisando flotas de robots, estos procesos reducen los costos de fabricación y al mismo tiempo mejoran la calidad», continuó el periódico.
El periódico señaló que el impulso de automatización de China ha sido «guiado por directivas gubernamentales y apoyado por inversiones masivas» en equipos de fábrica e inteligencia artificial, lo que le da a Beijing una ventaja en la fabricación de automóviles y otras industrias.
Además, «las empresas chinas han comprado proveedores de robots avanzados, como la empresa alemana Kuka, y han trasladado la mayor parte de sus operaciones a China», según el periódico.
En Estados Unidos, las fábricas de automóviles también utilizan la automatización, pero «la mayor parte del equipo proviene de China», informó el periódico, explicando que la mayoría de las plantas de ensamblaje de automóviles del mundo construidas en los últimos 20 años están en China, donde ha surgido una industria de automatización a su alrededor.