
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, analizó la crisis económica global tras las declaraciones del Secretario del Tesoro estadounidense, quien reconoció el fracaso de la guerra comercial contra China, mientras destacó la serenidad entre Beijing y Caracas frente a estas tensiones.
Frente a este escenario, el mandatario subrayó la urgencia de desarrollar un modelo productivo autónomo que supere la dependencia importadora y cree fuentes propias de riqueza, como eje central de la soberanía económica.

Esta visión se materializa en los 13 motores económicos que impulsa el Ejecutivo, los cuales, según su balance, muestran progresos sustanciales en la diversificación de la matriz productiva nacional.
Asimismo, Maduro enfatizó el contraste entre la estabilidad china ante las presiones comerciales y la crisis del modelo unipolar, que evidencia límites estructurales en su capacidad coercitiva. Su análisis, conectó las contradicciones del capitalismo global con la necesidad de alternativas económicas soberanas en el Sur.

El planteamiento del líder oficialista venezolano refleja una lectura geoeconómica donde la multipolaridad emerge como tendencia irreversible, mientras Venezuela consolida su estrategia de resistencia productiva.
Dicha postura articula la crítica antiimperialista con un proyecto concreto de transformación económica, basado en capacidades nacionales.